RSC.- Tribuna de Expertos: Gonzalo Carreño, Responsable de RSC de la consultora medioambiental Euroquality-Grupo Azertia

"Tres puntos críticos sobre RSC"

Europa Press Economía Finanzas
Actualizado: lunes, 30 enero 2006 13:05

MADRID, 30 Ene. (EUROPA PRESS) -

En la actualidad estamos presenciando una dinámica de mercado en la calidad y atributos intrínsecos del producto dejan de ser los elementos decisores de compra y de diferenciación tomando cada vez más preponderancia la reputación asociada a la empresa. Las empresas se encuentran con consumidores cada vez más informados y más sensibilizados principalmente con temas vinculados a la sostenibilidad, por lo que están exigiendo que las empresas adopten una actitud proactiva y un comportamiento responsable con el entorno.

En este sentido, es muy probable que hayamos escuchado en los medios de comunicación como en publicaciones conceptos y/o acrónimos tales como RSE o RSE, stakeholders, acción social, ética empresarial, sostenibilidad empresarial, triple cuenta de resultados, entre otros; insistir en tratar de definirlos o consensuar una interpretación universalmente aceptada es una tarea que está actualmente en proceso y seguirá tomando su tiempo.

Más allá de la definición que se quiera utilizar, se observa que en la mayoría de ellas coinciden tres ideas principales: integra a todas las áreas funcionales de la organización, genera confianza en la organización y requiere de un sistema de gestión.

La primera idea --integración de todas las áreas funcionales-- lleva implícita el alcance de la RSE como nuevo paradigma de "gestión ética empresarial" (business ethics). Esto es, que la organización desarrolle toda sus actividades incorporando valores éticos a la gestión y relación (asociadas al "deber ser") con su entrono social, económico y ambiental.

Si bien la ética puede estar sujeta a tantas o más interpretaciones como la RSE, podríamos convenir que la gestión empresarial ética es la alineación de todas las acciones propias de la empresa con conductas responsables y sostenibles, busquen conjuntamente la ejemplaridad de dicha acción.

La confianza es un activo difícil de lograr y muy fácil de perder; un territorio difícil de habitar. La mayor o menor aproximación de la organización a la generación de confianza entre sus stakeholders va a depender principalmente del contexto y circunstancias propias de cada empresa pero está claro que una actitud proactiva, respetuosa, sensible y participativa disminuye el riesgo para la organización facilitando la toma de decisiones.

Pero, ¿Cómo podemos saber si nuestras actuaciones van bien encaminadas o requieren enmendar el rumbo?. Por ciencia infusa no es posible. Por ello se hace necesario implantar un sistema de que permita establecer un marco de referencia, seguimiento y control de las actuaciones que desarrolle la empresa en su proceso de relación con el entorno.

En la actualidad existen una serie de sistemas de gestión de este tipo, muchos de ellos auditables por empresa externa acreditada, como puede ser el caso de la Norma SA 8000 promovido por la SAI (Social Accountabiliy International), o el Sistema de Gestión Ética y Socialmente Responsable SGE21 2005 promovido por el Foro para la Evaluación de la Gestión Ética (Forética), éste último es el primer Sistema de la Gestión Ética y la Responsabilidad Social europeo que permite, de manera voluntaria, alcanzar una certificación.

Pues bien, una vez que integramos todas las áreas funcionales de la organización en una gestión ética, generamos confianza en nuestra empresa e implantamos nuestro sistema de gestión de la RSE, sólo nos queda comunicarlo. Es aquí donde cobra fuerza otro valor asociado a este nuevo paradigma empresarial: la transparencia.

Gonzalo Carreño.

Responsable de RSC de la Consultora de Calidad, Medio Ambiente y Prevencion de Riesgos Laborales Euroquality-Grupo Azertia.

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