BRUSELAS, 26 Jul. (EUROPA PRESS) -
La Comisión Europea abrió hoy dos investigaciones formales en el marco de la lucha antimonopolio, una que afecta a Electrabel, el operador histórico belga de la electricidad integrado en el grupo francés SUEZ, y otra a la empresa eléctrica francesa EDF, al tener sospechas de que están violando la legislación comunitaria y ejerciendo en el mercado belga y francés un abuso de posición dominante.
Según informa el Ejecutivo comunitario, Electrabel y EDF podrían haber incluído en sus contratos de suministro a los consumidores industriales obligaciones de compra exclusiva a largo plazo y, por lo tanto, estarían dificultando la entrada de nuevos suministradores en Bélgica y Francia.
Ello podría repercutir en una ralentización del desarrollo de un mercado eléctrico más competitivo en estos dos Estados miembros, con lo que se correría el riesgo de un alza en los precios y una reducción de la calidad del servicio para el conjunto de los consumidores de electricidad de Bélgica y Francia, independientemente de que se trate de empresas o de particulares.
Bruselas teme pues que los contratos que suscriben las dos empresas en cuestión estén impidiendo a los clientes cambiar de compañía eléctrica, algo que tapona significativamente los mercados afectados, teniendo en cuenta además el caracter exclusivo y la larga duración de los contratos.
La apertura de un procedimiento formal contra las dos empresas no significa que la Comision tenga pruebas concluyentes que avalen la existencia de que se ha cometido una infracción pero sí indica que hará una investigación en profundidad sobre este asunto.
Tampoco hay un plazo concreto para conocer el resultado de la investigación sobre comportamientos anticompentencia y su duración dependerá de distintos factores, básicamente de la complejidad del caso, el grado de cooperación de las empresas afectadas y si se ejerce o no el derecho de defensa.
La medida adoptada hoy con respecto a Electrabel y EDF tampoco está relacionada con la investigación sectorial sobre los mercados de la energía que la Comisión Europea presentó en enero de 2007 y que permitió al Ejecutivo comunitario conocer en detalle el funcionamiento y, en algunos casos, las disfunciones del sector de la energía, algo que es esencial para la competitividad global de la economía europea.
