PARIS, 16 Jun. (Del corresponsal de EUROPA PRESS, Javier Gómez Muñoz) -
El Gobierno francés ha abandonado el proyecto de privatización de Gaz de France (GdF), condición necesaria para la fusión con la privada Suez, que pretendía frenar así la OPA hostil sobre ésta por parte de la eléctrica italiana Enel.
El diario 'Le Monde' informa hoy de que el primer ministro, Dominique de Villepin, principal defensor de esta maniobra, y quien la anunció a la prensa el pasado febrero, ha decidido tirar la toalla después de asumir que no cuenta con el respaldo suficiente de los diputados de su propio partido, la UMP (centroderecha), poco proclives a una polémica privatización meses antes de las elecciones de 2007, ni tampoco con el apoyo de la oposición.
Dado que existe una ley que impide al Estado reducir su porcentaje en GdF por debajo del 70%, y que el proyecto pretendía dejar en manos públicas sólo el 34,5% de la empresa resultante de la fusión, Villepin estaba obligado a contar con el apoyo de Asamblea y Senado.
De confirmarse esta decisión, Enel podría volver a lanzar una OPA por Suez, aunque esta vez de forma amistosa. La semana pasada, el presidente francés, Jacques Chirac, explicó al primer ministro italiano, Romano Prodi, que Francia 'privilegia las OPAS (Ofertas Públicas de Adquisición) amistosas' frente a las hostiles cuando se trata de empresas extranjeras que intentan hacerse con firmas nacionales.
Estas declaraciones fueron interpretadas ya como una señal de las dificultades legislativas que encontraba la fusión entre Suez y Gaz de France, operación con la que el Gobierno galo intentó impedir la primera OPA. La negativa de los diputados de la UMP a seguir el proyecto de su primer ministro indica la falta de credibilidad y la debilidad de Villepin, tras las sucesivas crisis del Contrato Joven y el escándalo 'Clearstream'.
A pesar de esta demora en la privatización de Gaz de France, el Gobierno presentará un proyecto de ley sobre la energía para acometer con garantías la obligatoria privatización del sector energético, que debe culminarse, según impone la Unión Europea, antes del 1 de julio de 2007. Por tanto, la privatización de GdF tendrá lugar, sólo que más tarde, lo que impide su fusión con Suez.
El Gobierno galo pretende mantener las tarifas fijas impuestas por el Estado, así como ofrecer garantías de acceso a la energía para los hogares con mayores problemas económicos, antes de proceder a la privatización.
Es probable que las discusiones con Enel se centren sobre el futuro de Suez. El principal interés de la eléctrica italiana es la belga Electrabel, propiedad de Suez, por lo que la empresa italiana podría ceder varios activos del grupo galo si consigue hacerse con él. Una perspectiva a la que se opone radicalmente el Ejecutivo galo, que quiere mantener la integralidad de Suez.
Suez y Gdf, en su último comunicado conjunto, ayer, volvieron a expresar su deseo de llevar a cabo la fusión, "la única pista" que manejan ambas direcciones por el momento. Sin embargo, 'Le Monde' sugiere una segunda posibilidad, alternativa a la fusión, que permitiría impedir la entrada de la italiana Enel en su capital: un cruce de participaciones entre ambas sociedades, o una oferta pública de intercambio de participaciones entre ambas.
