PEKIN, 14 Dic. (EUROPA PRESS) -
Los tres grandes bancos comerciales chinos salidos a Bolsa este año están registrando unas pérdidas millonarias como resultado de la revaluación del yuan, en un momento en el que la cotización de la moneda china alcanzó un nuevo máximo histórico, coincidiendo con la visita de la delegación estadounidense al país asiático y su presión al Gobierno para que deje fluctuar libremente la divisa.
Según cálculos realizados por Goldman Sachs, los beneficios de estas entidades se reducirán un 3,3% por cada 1% de subida del yuan, y sus beneficios netos caerán un 0,6%.
El Banco de Construcción de China (CCB), presente en la Bolsa de Hong Kong desde el año pasado, registró en el primer semestre de 2006 unas pérdidas de 2.400 millones de yuanes (240 millones de euros), como resultado de la venta de acciones en el exterior, que los compradores pagan en divisa extranjera, según informa hoy la agencia oficial 'Xinhua'.
El presidente del CCB, Guo Shuquing, reconoció recientemente que el aumento de las divisas extranjeras en China ha empujado al alza al yuan y que, "con estas enormes sumas de moneda extranjera, los bancos presentes en los mercados extranjeros están bajo una enorme presión", señaló.
Esta opinión también es compartida por el presidente del Banco Industrial y Comercial de China (ICBC), salido a Bolsa en octubre con la que fue la mayor Oferta Pública de Venta de acciones (OPV) de la historia (21.900 millones de euros) y que define esta gran suma de divisas obtenida en el extranjero como un "gran reto".
Los bancos se enfrentan a la siguiente disyuntiva: o bien logran cambiar sus ganancias a yuanes, obteniendo unos beneficios menores de los esperados por la subida del renminbi --el Banco de China, considerado el sexto mayor banco del mundo, perdió en el primer semestre 350 millones de euros por esta razón--, o bien emplean el dinero en operaciones en el exterior como el ICBC, que utilizó sólo dólares para su adquisición del indonesio PT Bank Halim.
La solución para la banca, según Guo, consistiría en que los bancos puedan disfrutar de una mayor carta blanca para manejar sus divisas, algo que, sin embargo, puede crear una presión al alza del yuan y acabar con la ventaja competitiva para la exportación china que supone contar con un valor, según critican países como Estados Unidos, artificialmente devaluado.
