LISBOA, 12 May. (EUROPA PRESS) -
El Gobierno portugués se pronunciaría sobre la oferta de Telefónica a Portugal Telecom (PT) por el 50% que posee la compañía lusa en el capital del holding Brasilcel, que controla casi la totalidad de Vivo, en una posible Junta de accionistas.
El secretario de Estado de Comunicación, Paulo Campos, afirmó que si el Estado fuese llamado para dar su opinión como accionista sobre la oferta de Telefónica para comprar la participación de PT en Vivo, lo haría en "sede propia", en una posible Junta de Accionistas o ante el consejo de la compañía portuguesa.
Portugal Telecom rechazó ayer la oferta de 5.700 millones de euros de Telefónica por el 50% que posee en el holding Brasilcel, al considerar que Vivo es el "núcleo de su estrategia" y que su venta sería contraria a las perspectivas de crecimiento a largo plazo de la compañía.
La oferta de Telefónica "es esencialmente una cuestión de la administración de PT", dijo Paulo Campos, según informa el diario portugués 'Publico'.
"Si fuésemos llamados para proporcionar nuestra opinión, lo haríamos igual que los otros accionistas en su propia sede" añadió en declaraciones durante la Conferencia de la Federación Portuguesa de Industria de la Construcción y Obras Públicas (FEPICOP), celebrada ayer en Lisboa.
El Estado es propietario de 500 acciones especiales de PT, del tipo 'A', y conserva una 'acción de oro' en la operadora lusa que le permite tener derecho de veto sobre las desinversiones del grupo.
Respecto a la oferta de Telefónica, los analistas de Espirito Santo y de Barclays, entidades que cuentan participaciones del 7,9% y del 5,12%, respectivamente, en Portugal Telecom, destacaron ayer "el sentido financiero" de la oferta de adquisición lanzada por Telefónica.
En concreto, Espirito Santo señaló que, desde "la perspectiva" de los accionistas de Portugal Telecom y desde una óptica "básicamente financiera", "probablemente tendría sentido" considerar la operación.
Por su parte, Barclays destacó el sentido y la lógica que para Telefónica tiene la toma de control del total de Vivo. La firma española comparte al 50% con sus socios portugueses el control de Brasicel que posee a su vez la práctica totalidad de las acciones ordinarias del operador brasileño Vivo). "Creemos que el resultado más probable será un cambio en el accionariado", señaló la firma.
