Economía/Motor.- Los sindicatos de GM exponen en las Cortes de Aragón su visión de la adjudicación del Meriva

Actualizado: jueves, 16 febrero 2006 14:59

ZARAGOZA, 16 Feb. (EUROPA PRESS) -

Los sindicatos de la planta que General Motors tiene en Figueruelas, salvo el representante de Acumagme, comparecieron hoy en la Comisión de Industria de las Cortes de Aragón a petición de CHA para ofrecer una valoración global de lo que ha sido el proceso de selección de fábricas para la producción de la segunda generación del Opel Meriva.

La intervención de los portavoces del comité de empresa de la factoría se produce un día después de que el presidente de GM Europa, Carl Peter Forster, confirmase la adjudicación del modelo a la planta zaragozana, por lo que todos los grupos parlamentarios a excepción del proponente coincidieron en señalar que la comparencia a estas alturas era un tanto innecesaria.

No obstante, sindicatos y grupos parlamentarios aprovecharon la ocasión para intercambiar opiniones de lo que ha sido un proceso que todos calificaron de duro e intenso. Tras meses de negociación y un considerable retraso en la decisión de la multinacional automovilística, el final de la película ha sido el deseado y la continuidad del Meriva en Zaragoza garantiza inversiones en la planta para asegurar el futuro al menos a medio plazo.

"Ha sido una noticia formidable", destacó el portavoz de UGT, Pedro Bona, quien defendió la postura adoptada por su sindicato a lo largo de todo el proceso. "Se nos pedía un gesto y hemos conseguido lo máximo para los trabajadores y lo mínimo que nos decía la empresa".

Bona subrayó la importancia de la inversión inicial prevista de 160 millones de euros en la planta, sin contar las partidas necesarias para el desarrollo del producto, y recordó que con la volatilidad de este sector ese compromiso "ya es decir mucho".

También explicó que su sindicato apoyó las distintas propuestas que se fueron sucediendo a lo largo del proceso, incluidos los intentos de mediación del Gobierno de Aragón, porque primaba la búsqueda de una solución. "General Motors lleva con pérdidas cuatro años", recordó el portavoz de UGT, y "hay momentos en los que se necesita realizar un esfuerzo" porque lo importante a su entender eran los puestos de trabajo que estaban en juego tanto de la planta de Figueruelas como de la industria auxiliar.

La postura de CC.OO. fue distinta, con negativas a las propuestas presentadas por la dirección de la compañía y rechazo a los primeros acercamientos del consejero de Economía, Hacienda y Empleo del Gobierno de Aragón, Eduardo Bandrés. "Pero siempre quisimos buscar el acuerdo y reconocemos el notable esfuerzo que hizo el Gobierno de Aragón", aseguró el portavoz de este sindicato en el comité de empresa, Antonio Carvajal.

En el mes de noviembre y tras entender que se recogía en el texto la filosofía del sindicato, CC.OO. aceptó suscribir el plan sociolaboral, que fue aprobado con sus votos más los de UGT y Acumagme.

El hecho de que OSTA, tercera fuerza en el comité de empresa, no firmara el plan sociolaboral no es una cuestión de fondo, explicó su portavoz, José López, ya que "lo importante era conseguir el Meriva". Fueron los afiliados en asamblea los que votaron en contra y el sindicato lo respetó. "Esta es la auténtica democracia", valoró López. En cualquier caso, sentenció que "la noticia es muy positiva como para echarnos las puyas los unos a los otros".

Para OSTA, este proceso de selección novedoso para la planta zaragozana ha desembocado en una situación interna de la factoría que ha sido difícil de manejar. "Tenemos que aprender de los errores cometidos para no repetirlos en un futuro", pidió López.

Mientras que el resto de sindicatos hablaban de saborear la noticia que todos esperaban, el portavoz de CGT, Alfonso Tierra, dejó claro que para su sindicato la sensación que quedaba era un tanto agridulce. Por un lado, consideró positivo el mantenimiento de una de las dos líneas de la planta de Figueruelas pero, por otra parte, criticó la "pérdida de condiciones salariales" en un proceso que se ha desarrollado "a espaldas de los trabajadores", denunció.

Para Alfonso Tierra, la noticia de la elección de la factoría zaragozana "ha entrado con calzador" y "lo que quería la empresa desde un principio, la rebaja de las condiciones, lo ha conseguido". El portavoz de CGT no habló de las inversiones que GM acometerá en Figueruelas para adaptarse al nuevo modelo, sino que puso en entredicho el mantenimiento de los puestos de trabajo. "Si se quiere reducir el tiempo de fabricación de cada vehículo se necesitará a menos personas", advirtió. Por tanto, "el tema de los despidos no está cerrado".

APOYO DEL GOBIERNO

Una vez escuchada la opinión de los cuatros sindicatos, los portavoces de los grupos parlamentarios entraron a valorar la intervención del Gobierno de Aragón en todo este proceso. Y fue en este punto donde surgieron las tradicionales discrepancias.

Frente a la defensa que enarbolaron los grupos del PAR y el PSOE acerca de la actuación del Ejecutivo autónomo, el portavoz del PP, Miguel Ángel Lafuente, tuvo críticas para todos.

"El consejero Bandrés entró tarde y entró mal", opinó el diputado popular, quien también puso en entredicho la actuación del consejero de Industria, Arturo Aliaga, porque a su entender ha estado desaparecido.

Las críticas más duras fueron para el presidente Marcelino Iglesias, cuya imagen ha sido "tremenda", calificó. "Ha dado una sensación de miedo, de intranquilidad y de que el asunto se les escapaba de las manos", consideró Lafuente. El caso del ministro de Industria, José Montilla, es más simple. "No hay que agradecerle nada porque ni siquiera ha hablado", concretó el portavoz del PP.

Para Chunta Aragonesista, la actuación de las administraciones públicas en este proceso también ha tenido sus luces y sombras. El diputado nacionalista Pedro Lobera habló de "claroscuros" en la postura mantenida por el Gobierno de Aragón, que según CHA "ha apoyado a la empresa y no tanto a la mayoría sindical". Es aquí, insistió Lobera, "donde no ha estado muy fino".

Desde el grupo de Izquierda Unida, su diputado Adolfo Barrena abogó por el futuro de la planta de Figueruelas y de la industria de la automoción en Aragón, destacando que ante esta nueva prórroga de estabilidad en la factoría se debe apostar por dotar a la comunidad autónoma de un tejido industrial con tecnología propia y por buscar la diversificación.

Una diversificación en la que "ya se está trabajando", puntualizó el diputado del PAR, Antonio Ruspira, quien puso de manifiesto que el fenómeno de la deslocalización es una amenaza constante y que obligará a enfrentar situaciones parecidas a corto y medio plazo. "Nos encontraremos a corto y medio plazo con situaciones parecidas", adelantó.

Para el diputado del PAR la actuación del Gobierno de Aragón ha sido positiva y, gracias al trabajo realizado por todos, continuó, la segunda generación del Meriva ha sido adjudicada a Zaragoza. No destacar esto es "hacer electoralismo en los malos momentos", consideró por su parte el portavoz del grupo socialista en la Comisión de Industria, José Ramón Ibáñez.

El diputado del PSOE se mostró satisfecho con el trabajo realizado, destacando en primer lugar la labor sindical. En un segundo plano ha estado el consejero Bandrés, "que él solo se ha bastado" y que apenas pasado un mes de que General Motors Europa anunciara el inicio de este proceso, concretó Ibáñez, "ya tenía firmado un acuerdo con el ministro Montilla".