Actualizado: martes, 31 marzo 2009 1:05


NUEVA YORK, 30 Mar. (EUROPA PRESS/Emilio López Romero) -

La empresa estadounidense General Motors perdió hoy una cuarta parte de su valor en la Bolsa de Nueva York tras conocerse el ultimátum de dos meses que el presidente, Barack Obama, dio al principal fabricante de vehículos del país para presentar un nuevo plan de viabilidad que le permita seguir recibiendo ayudas públicas para hacer frente a la crisis.

Al cierre de la sesión, la histórica compañía con sede en Detroit terminó con una fuerte caída del 25,41%, con sus acciones cotizando por debajo de los 3 dólares y llegando a perder más de un 30% de su valor en algún momento del día, en el que Wall Street registró su peor jornada en las últimas tres semanas con un retroceso de más del 3%.

El Dow Jones de industriales se dejó este lunes un 3,27%, hasta situarse en las 7.522,02 unidades, el mercado tecnológico Nasdaq cayó un 2,81%, hasta cerrar en 1.501,80 puntos, mientras que el selectivo Standard & Poors 500 terminó la sesión dejándose un 3,48%, hasta los 787,54 puntos.

La peor parte se la llevaron los títulos de GM, que cedieron 92 centavos de dólar, un 25,41%, hasta los 2,70 dólares, mientras que los de su rival, Ford, cayeron 8 centavos, un 2,82%, hasta los 2,76 dólares. Por su parte, la mayor cadena de concesionarios del país, AutoNation, perdió 44 centavos, un 3,08%, hasta los 13,85 dólares.

El desplome llegó después de que Obama anunciara sus planes para el sector del automóvil, que contempla dos meses de plazo a GM para que presente un nuevo plan de viabilidad que incluya una fuerte reducción de costes, y un mes de plazo a Chrysler para que formalice su alianza con el grupo italiano Fiat.

De hecho, el presidente dejó entreabierta la posibilidad de que ambas empresas tengan finalmente que recurrir a la ley de quiebras para declararse en bancarrota y poder reestructurarse con mayor facilidad, aunque aclaró que de ocurrir se haría "con el apoyo" de la Casa Blanca.

Obama achacó la crisis del sector a fallos en Washington y Detroit y advirtió que todos, "tanto a los sindicatos, como a los accionistas y a los acreedores", tendrán que hacer un esfuerzo "sin precedentes" y tomar decisiones que calificó de "difíciles" ya que, advirtió, muchos empleos no podrán salvarse y algunas fábricas tendrán que cerrar.

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