MADRID, 25 May. (EUROPA PRESS) -
La ONG Acción contra el Hambre (ACH) ha retomado sus actividades en la región de Gao, en el noreste de Malí, después de evacuar a sus trabajadores a raíz del golpe de Estado que dio un grupo de militares el pasado 22 de marzo, y ya ha reanudado sus programas contra la desnutrición en el hospital de la ciudad homónima.
La organización ha afirmado en un comunicado que uno de cada cinco menores tratados en el hospital de Gao (el 21,4 por ciento) sufre desnutrición severa y que en todo el Sahel, un millón de niños "corre peligro de morir de hambre si no se actúa a tiempo".
El pasado 31 de marzo, ACH tuvo que suspender su labor por la inestabilidad en la zona y el saqueo de su oficina. El golpe militar generó una situación de inestabilidad que permitió a los rebeldes separatistas del norte realizar grandes avances y tomar el control de amplias zonas.
La ONG estaba presente en la región desde 1996, con proyectos de agua y saneamiento, seguridad alimentaria y nutrición, y ante la crisis actual había reforzado sus programas con intervenciones monetarias (dinero por trabajo o transferencias directas de liquidez).
DESNUTRICIÓN
Acción contra el Hambre ha reanudado los programas contra la desnutrición eb el hospital de Gao, donde hay cerca de un centenar de niños con desnutrición aguda bajo tratamiento. Cerca del 40 por ciento de los niños sufre desnutrición aguda y el 21,4 por ciento padece desnutrición aguda severa, la forma más grave de desnutrición.
La organización ha señalado que ya antes de la emergencia alimentaria y del conflicto en el norte del país, las tasas de prevalencia de la desnutrición en Gao se situaban por encima de los umbrales urgentes de la Organización Mundial de la Salud, ya que el 15,2 por ciento de los niños de menos de cinco años sufrían desnutrición aguda.
Según los equipos de ACH que trabajan en la zona, los habitantes de la región de Gao se enfrentan a "enormes dificultades" porque los grandes programas de prevención de la crisis alimentaria han sido paralizados, la mayoría de los servicios (salud, educación, electricidad, agua) están suspendidos o funcionan de manera intermitente, los precios del arroz y del mijo se han duplicado, los bancos han cerrado y los alimentos apenas llegan a los mercados y las tiendas.
Siaka Traoré, jefe de base de la ONG en Gao, ha explicado que "a veces, las familias pueden pasar dos días sin encender el fuego bajo la marmita". "La gente que se ha quedado en Gao es la que no tiene medios para huir, los más pobres. Hay algunos productos alimentarios disponibles, pero la gente no tiene medios para comprarlos", ha añadido.
Ante esta situación, Acción contra el Hambre ha pedido a "todas las partes del conflicto" que permitan a los trabajadores humanitarios "acceder de manera libre y directa a las víctimas de la crisis alimentaria y de la crisis política actual".