MARÍA GONZÁLEZ DYNE-MANOS UNIDAS
MADRID, 29 Jul. (EUROPA PRESS) -
Manos Unidas ha colaborado, a través de su campaña "No hay justicia sin igualdad", en la ampliación de un taller de costura --dirigido desde hace diez por las Hermanas de la Caridad de Jesús María-- y en la compra de máquinas de coser para ayudar a las mujeres "más vulnerables" de la República Democrática del Congo (RDC) y garantizarles un futuro "más halagüeño".
El taller, que lleva un cuarto de siglo instalado en la ciudad congoleña de Kananga, tiene la finalidad de que niñas y mujeres, en la mayoría de los casos huérfanas, pobres, analfabetas, madres solteras o con cargas familiares y sin recursos, puedan aprender un oficio que les permita "alcanzar su independencia económica".
La organización ha expresado que esta iniciativa busca que "las mujeres, rechazadas por una sociedad machista, sean capaces de recobrar el respeto de sus comunidades y familias por medio del esfuerzo y de la independencia económica".
De esta forma, Manos Unidas relata la historia de Anny y Silvie, dos amigas y vecinas de Kananga que, tras varios años asistiendo a este taller de costura, van a poner en marcha su propio negocio de costura para contribuir a la difícil situación económica familiar.
El sueño de Anny, de 19 años, es, según señala la ONG, "hacer cosas distintas" a las que se hacen en el taller de las Hermanas de la Caridad, para "venderlas mejor". "Las hermanas nos enseñaron más cosas y ahora sé que debo ser respetada, que los hombres no son mejores que yo, que mis hijas tendrán derecho a educarse igual que mis hijos, que soy capaz de salir adelante y espero que el que dentro de poco va a ser mi marido, que ahora me apoya, siga haciéndolo cuando empiece a ganar más que él", declara Anny a Manos Unidas.