Actualizado 04/12/2018 13:17

"Empecé un voluntariado como práctica del master, pero he continuado porque lo disfruto"

Voluntaria clasificando las prendas donadas a la Orden de San Juan de Dios
SAN JUAN DE DIOS

MADRID, 4 Dic. (EUROPA PRESS) -

Más de 3.500 personas ayudan cada día como voluntarias de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, que se ha propuesto convertir el voluntariado en "motor para la transformación social En España". Este miércoles 5 de diciembre se celebra el Día Internacional del Voluntariado.

El responsable de Voluntariado de la Provincia Bética de san Juan de Dios, Carlos Hernández, explica que el modelo de participación y de voluntariado "transformador" por el que quieren apostar desde la Orden se ha de convertir en "un proceso que contribuya a construir sujetos con conciencia crítica, voluntad de cambio e intencionalidad para transformar".

Una de las voluntarias de la Orden es Katie Winkler, una joven californiana de 25 años que llegó a Granada hace algunos meses para estudiar un máster sobre Paz, Conflictos y Derechos Humanos. Empezó su voluntariado como unas prácticas y después decidió continuar. Ahora, presta apoyo en la ropería del Hospital San Rafael.

"Para ser sincera, empecé en esto del voluntariado para cumplir con las prácticas de mis estudios aquí, en Granada. Sin embargo, completé ese período y seguí adelante con el voluntariado porque lo disfruto", explica.

La respuesta "cliché", según precisa, sería decir que esta labor le da más a ella de lo que ella ayuda. Si bien, asegura que es "mucho más que eso". "Me da sentido de comunidad por todo el mundo a quien conozco en mi tiempo como voluntaria. Adoro las conversaciones que tengo con todos en la Obra Social de San Juan de Dios, los voluntarios, las personas a las que ayudamos", asegura.

Winkler también destaca de San Juan de Dios que, aunque es una institución católica, "abre las puertas a todo el mundo". "Recuerdo haber estado en el Comedor Social y empacar, junto con el resto de voluntarios, los almuerzos para que las personas musulmanas se llevaran a casa la comida y pudieran comer cuando se pusiera el sol durante el Ramadán. Solo pensé: esto es maravilloso", añade.

De cara al futuro, esta joven estudiante admite que en su tierra, en California, hay mucho trabajo por hacer con las personas sin hogar y con la comunidad de trabajadores inmigrantes. "Si vuelvo, espero trabajar para ayudar a esas personas. Mientras tanto, continuaré mi labor aquí en Granada, en San Juan de Dios", afirma.