MADRID 6 Mar. (EUROPA PRESS) -
Un número mayor de organizaciones humanitarias está amenazado con la expulsión de Sudán después de que ayer ya fueran expulsadas del territorio más de diez ONG, según alertó este viernes un responsable gubernamental, que aseguró que continúan las "investigaciones" sobre las actividades de aquellas organizaciones sospechosas de colaborar con el Tribunal Penal Internacional (TPI).
"El proceso continúa", aseguró el director de la gubernamental Comisión de Asuntos Humanitarios, Hassabo Mohamed Abdel Rahman. "Más ONG están bajo el foco y bajo una investigación y, si encontramos pruebas, los echaremos", añadió a la agencia de noticias humanitarias de la ONU, IRIN.
Sudán ha ordenado la expulsión de trece ONG alegando que dieron información al TPI antes de que éste emitiera una orden de arresto contra el presidente sudanés, Omar Hassan al Bashir, acusado de crímenes de guerra y contra la Humanidad. "La decisión del Gobierno de Sudán para expulsar a trece ONG implicadas en operaciones de ayuda en Darfur causarán, si se implanta, un daño irrevocable a las operaciones humanitarias que se desarrollan allí", advirtió ayer el secretario general de la ONU, Ban Ki Moon.
Estas operaciones, de acuerdo con la ONU, son claves para mantener una vía de ayuda que necesitan 4,7 millones de personas en la región sudanesa de Darfur, en la que han muerto al menos 300.000 personas, debido al combate directo o a las enfermedades, malnutrición o la reducida expectativa de vida, durante los últimos cinco años. Al Bashir niega las acusaciones del TPI, y las considera un complot occidental "neocolonialista".
Rahman no detalló los nombres de ninguna ONG, pero señaló que las organizaciones que están siendo investigadas no han trabajado sólo en Darfur sino en "todo Sudán". La expulsión de estas organizaciones, clave para el desarrollo del país, provocaría un retroceso grave a los más pobres, especialmente en la región de Darfur, donde la violencia sigue afectando a un número grande de civiles.
"Las autoridades sudanesas deben revertir inmediatamente su decisión", declaró el subdirector de Amnistía Internacional (AI) para África, Tawanda Hondora. "La alternativa es, sencillamente, impensable", añadió. A algunas de las organizaciones expulsadas, como Oxfam Internacional, la rama holandesa de Médicos Sin Fronteras o Save the Children, se les pidió un registro de sus activos y de sus detalles bancarios, mientras que a otras se les conficaron los vehículos, ordenadores y equipos de comunicación, de acuerdo con la vicecoordinadora de trabajos de emergencia de la ONU, Catherine Bragg.
LA ONU CONTINUARÁ CON SU TRABAJO
"Cooperaron con el TPI, algunos fabricaron información para el TPI sobre el genocidio", aseguró Rahman. Los grupos expulsados niegan las acusaciones. Oxfam, en un comunicado, aseguró que "no tiene opinión sobre las actividades del TPI, y nuestro único objetivo es satisfacer las necesidades humanitarias y de desarrollo en Sudán".
La decisión también consiguió el enfado de los grupos rebeldes en Darfur, que ya han pedido que se dé marcha atrás en esta expulsión. "La gente de Darfur ya está hambrienta, y ahora el Gobierno quiere llevársela", declaró un portavoz de la facción Unidad del Ejército de Liberación de Sudán, Maghub Husein. "El Gobierno quiere hacer que la gente sufra más y debe ser parado", añadió.
Se estima que hay entre 200 y 300 miembros internacionales empleados por las organizaciones y que tienen que abandonar ahora el país. Al menos 16.000 trabajadores humanitarios trabajan en Darfur, de los cuales el 95 por ciento son sudaneses. Ban Ki Moon ha prometido que seguirán operando en Darfur las operaciones humanitarias y de paz de la ONU, que cuentan con más de 25.000 efectivos.