Actualizado 18/06/2012 16:21

El Servicio Jesuita a Refugiados pide al G-20 que ponga la inmigración forzosa en el centro de las políticas económicas


MADRID, 18 Jun. (EUROPA PRESS) -

El Servicio Jesuita a Refugiados (JRS, por sus siglas en inglés) ha pedido a los líderes de los países miembro del G-20 que pongan la cohesión social en el corazón de sus procesos de decisión y que no pierdan de vista las necesidades de más de 45 millones de inmigrantes desplazados forzosamente en todo el mundo, para situarlos en el centro de sus políticas económicas.

Así, la organización reclama que se mantengan las necesidades humanitarias "a pesar de las turbulencias económicas". En este sentido, advierte de que "es probable que tengan lugar nuevos desplazamientos de poblaciones empobrecidas", ya que "una consecuencia de los tiempos difíciles es el aumento de la marginalización de las minorías oprimidas".

El director del JRS Internacional, Peter Balleis, ha explicado que "los migrantes forzosos son ejemplos concretos de lo que ocurre a las sociedades empujadas más allá del límite". Por ello, insiste en que "la cumbre del G-20 es una oportunidad para llevar a cabo acciones preventivas, reducir la inestabilidad económica promoviendo una protección global a los refugiados, mejorar las posibilidades de ganarse la vida a las comunidades marginalizadas y fortalecer sistemas de protección social inclusivos".

De esta forma, apuesta por alimentar el frágil valor de la hospitalidad en medio de la crisis económica. Por otra parte, ha criticado que "en vez de describir a los refugiados como valientes supervivientes que rehacen sus vidas en un entorno seguro, muchos políticos lo cambian por etiquetas simplistas y falsas, que demonizan a los refugiados como males sociales".

Finalmente, Balleis sentencia que su mensaje es simple: "alentar la hospitalidad y la cooperación". "Los refugiados tienen recursos humanos, formación y energía, por lo que es importante permitirles que hagan algo en favor de sus nuevas comunidades", ha concluido.