Actualizado 28/05/2009 21:16

Egidio Guerra, Emprendedor Social de Ashoka: "No es posible desarrollar la economía sin la participación de la juventud"

Egidio Guerra
Egidio Guerra

El Emprendedor Social de Ashoka, Egidio Guerra, visitó recientemente España para recoger en Bilbao el Premio NoviaSalcedo a la Excelencia en la Integración Profesional de los Jóvenes, por la labor y el impacto del proyecto que lleva a cabo en Brasil, que concede especial importancia al papel de la juventud y cuyas características detalla en esta entrevista.

.- Recientemente ha sido galardonado con el 'Premio NoviaSalcedo a la Excelencia en la Integración Profesional de los Jóvenes' por el trabajo que está llevando a cabo en Brasil. ¿Qué significa este reconocimiento para su carrera? ¿En qué consiste el modelo económico que propone?

Hoy en día, el diálogo entre generaciones es fundamental. Los premios son un canal que facilita este proceso. Las personas lloran de felicidad cuando su trabajo es reconocido. Este mismo reconocimiento es el que busca esta generación de jóvenes en el trabajo, las escuelas y universidades, el arte, la política y otros. No obstante, el mundo no consigue entender su lenguaje, sueños, proyectos de un mundo en mutación y por lo tanto no crea formas claras para apoyarlos. Y esto es justo lo que estamos haciendo.

A través de proyectos en empresas en el área de Responsabilidad Social, donde creé un programa de líderes en RS que ya funciona en 92 empresas, cada uno se involucra en proyectos directos con jóvenes. Entre ellos y el Instituto de Educación Jandaia, que forma a 200 jóvenes al año para 17 empresas de la región a través de una metodología creada por mi que entiende al ser humano de forma integrada como agente económico, social, político, educacional, espiritual, ambiental, para desarrollar su potencial, reflejándose en sus valores y acciones concretas en nuestra sociedad, y no sólo en el mundo laboral.

De la misma manera, recorremos caminos de nuevas formas de vivir en sociedad a través de las ONG con métodos innovadores en emprendimiento, educación y cultura, entre otros, que se transformarán en políticas públicas en escala.

Con todo esto, propongo la integración de varios sectores de la sociedad para desarrollar proyectos juveniles, optimizando recursos, sumando competencias y creando caminos para enfrentarnos de otra forma a problemas tradicionales con la mirada de esta generación que tiene mucho que decir al mundo.

.- Los jóvenes tienen un papel muy importante en su proyecto. ¿Qué impresiones le han transmitido al respecto?

Con estos proyectos generamos simetría personal y sinergia social en diversos campos de acción. Es como tejer el nuevo tejido social de nuestra comunidad. Buscando amor, sostenibilidad e impacto encajamos las piezas de este rompecabezas que parte de la solución que estaba en otro sector y proyecto. Es como si estuviéramos componiendo una canción, nota por nota, viendo como encajan los sonidos, hasta generar la melodía. Otra metáfora es juntar los cromosomas de los proyectos para tener el ADN de esta generación. Ya sabemos que estos jóvenes tienen que ser "sostenibles", cada vez más humanos, pero no les encontramos en las escuelas, las empresas, las iglesias, las ONG porque ellos están sueltos por ahí, sin conexión, aguardando el momento para que el ser humano pueda vivirlo en toda su intensidad.

He trabajado directamente con más de 5.000 líderes en los últimos veinte años, en empresas, ONG, Gobierno y Cooperación Internacional, entre otros.

.- ¿Se han puesto en contacto otros países para implantar un modelo similar al existente en Brasil?

Hemos entablado conversaciones con el gobierno americano en la gestión de Barack Obama. Pero nos encantaría hacer algo en España integrado con Brasil, ya que tenemos contextos similares en relación a nuestros desafíos. Y creo que, con fundaciones como Novia Salcedo o Ashoka, tenemos mucho para construir juntos.

.- ¿Cree que el actual contexto económico demanda un nuevo modelo? ¿Se implantarán en el futuro más iniciativas como la que usted lidera?

No hay duda de que el desempleo está a niveles inaceptables. No es posible desarrollar la economía sin la participación activa de la juventud, en la oferta de bienes y en el consumo. Ellos, los jóvenes, quieren trabajar pero no tienen dónde, nuestros padres ya dieron su contribución y necesitan descansar un poco y aprovechar la vida. Esta generación tiene que ponerse manos a la obra con la informática, biotecnología, etc, teniendo en cuenta la inclusión de los pobres y el medio ambiente para destacarse en nuevas áreas como la educación a distancia, trabajo de equipo en red, las políticas públicas que nacen de abajo hacia arriba con alma y pasión.

Nosotros hemos desarrollado decenas de casos de éxito y hay miles funcionando por el mundo cargados de innovación social, pero ¿quién nos abre las puertas para que podamos entrar? Dentro de poco, como en 1968, tendremos que volver a gritar y luchar, aunque este no es el mejor camino.