Actualizado 21/06/2007 13:59

Ferrovial defiende la transparencia, incluso con malos datos, por aportar coherencia y credibilidad a las empresas

Valentín Alfaya, es el actual responsable de Calidad, Prevención y Medio Ambiente del grupo Ferrovial. Licenciado en Biología y Diplomado en Ingeniería y Gestión Medioambiental por la EOI, es miembro del grupo de Trabajo sobre Construcción Sostenible de la Plataforma Tecnológica Europea de la Construcción.

Para él la transparencia interna y externa en las empresas es la clave a la hora de relacionarse con sus grupos de interés, a través incluso de la publicación de los datos negativos, porque eso aporta credibilidad a la compañía y la fortalece. A su juicio, publicar la información negativa "no es malo". Si una Memoria de RSC recoge sólo lo bueno la impresión es que lo que se lee es un 'panfleto', sostiene.

-¿Esta fue la razón de que hace unos años Ferrovial fuera de las primeras empresas del sector en publicar sus sanciones ambientales?

Hace seis años la compañía decidió hacer públicas sus las multas que paga, integradas en su modelo de gestión de riesgos, y cuando esa decisión se le comunicó al consejero delegado se sorprendió mucho: la competencia no lo hacía. Sin embargo, y pese a contar con la certificación ambiental ISO 14001, Ferrovial tiene cerca de 1.800 centros de trabajo y no se puede garantizar, en todos y cada uno, que se cumpla toda la legislación. Aunque los incumplimientos nunca son sistemáticos, sí pueden ocurrir.

-¿Cómo considera Ferrovial la RSC dentro de la compañía y cómo se ve esta visión reflejada en su comportamiento y comunicación con sus grupos de interés?

Ferrovial siempre ha apostado por incluir su Memoria de Sostenibilidad como parte totalmente integrada de su Memoria anual de resultados desde el año 2000, por considerar que la RSC no es un "capítulo aparte" en la compañía. Detrás de ello hay una filosofía muy importante: su enfoque incluye un análisis de todos y cada uno de sus impactos --sociales, medioambientales y económicos-- y a partir de ahí se elabora el documento.

Precisamente reconocer estos incumplimientos ayuda a conocerlos y por tanto a poder corregirlos. Así, algo que aparentemente es negativo, se puede convertir en algo positivo. Además, a partir de estos datos, Ferrovial elabora también su Índice de Comportamiento Ambiental, que le sirve para conocer cómo evoluciona la compañía en este sentido.

-¿Qué lugar ocupa entonces la RSC en Ferrovial?

Nuestra apuesta es sentar la RSC y la sostenibilidad en el Consejo de Administración. Y eso se hace gestionando el riesgo de los negocios. Entre otros, y en el caso de Ferrovial, el incumplimiento ambiental de algunas de sus obras y proyectos, la gestión de residuos, los asociados al cambio climático, etc. Si sólo se tienen los números puros y duros no se tiene toda la información de la empresa o sólo se tiene información deslavazado.

Es necesario huir de lo que yo llamo la RSC 'burbuja', es decir, totalmente aislada del día a día, de las decisiones de la empresa y de la realidad del negocio.

-¿Se están llevando las grandes empresas todo el protagonismo en materia de RSC? ¿Son las que más partido están sacando a este nuevo 'tren' al que todas las empresas queréis subiros?

Son precisamente las grandes empresas las que más necesitan la RSC, es decir, la RSC es ya una necesidad de las empresas y aunque pueda convertirse en una oportunidad para ésta, la RSC es realmente una necesidad. Pero en pymes también hay buenísimos, yo diría brillantes, ejemplos de RSC, totalmente eficientes, sin necesidad de publicar un gran Informe con los parámetros del GRI, porque no es necesario ni útil para ellos.

- ¿Cómo funciona ferrovial con sus proveedores? ¿cuenta con alguna política concreta?

La base de datos de proveedores de la empresa aglutina a unos 14.000, aunque el 80% de las compras se hacen a menos de 2.000. En los últimos siete años la clave para actuar con ellos ha sido la homologación, que se realiza pidiendo información a través de un cuestionario a todos ellos sobre su comportamiento ambiental, su seguridad laboral, o el respeto a los DDHH, además del origen de sus productos: madera, etc.

Además, durante el tiempo que dura el servicio con ellos se les evalúa para comprobar que toda la información facilitada es cierta, pasando después a la base de datos de compras de la compañía que decidirá si se sigue trabajando con ellos o no: antes, y si su comportamiento no ha sido el adecuado, se les envía una notificación invitándoles a 'corregir' el error, y en último término se les excluye de la lista de proveedores: desaparecen de la base de datos, pasando a formar parte de una lista de 'eliminadas' que aparece en el portal interno de 'i-compras' de Ferrovial.

La idea no es machacarles, castigarles o eliminarles sin más, sino darles la oportunidad de corregir sus errores y ayudarles en el proceso de mejora desde la propia compañía. El liderazgo de las grandes compañías debe servir precisamente para facilitar que ellos también vayan adaptándose a este tipo de criterios.