ZAMORA, 29 Abr. (EUROPA PRESS) -
La alcaldesa de Zamora, Rosa Valdeón, y el director gerente de la Fundación Secretariado Gitano de España, Isidro Juan Rodríguez Hernández, firmaron hoy un convenio de colaboración que se prolongará durante cuatro años para facilitar el desarrollo de los programas que lleva a cabo esta organización, que funciona en la capital zamorana desde hace menos de un año.
Valdeón destacó la importancia de este convenio, ya que la comunidad gitana supone en la capital zamorana prácticamente el dos por ciento de la población, un porcentaje muy significativo, teniendo en cuenta, además, apuntó, que las demandas de atención y servicios que emanan de ella es también significativa.
El convenio tiene como objetivo general facilitar a la Fundación Secretariado Gitano los medios para desarrollar en la capital zamorana acciones encaminadas a la integración social del colectivo gitano.
La firma del convenio se llevó a cabo tras la entrega de premios a los ganadores de los concursos de redacción y dibujo convocados con motivo del desarrollo de las primeras Jornadas Interculturales 'Convivencia e Igualdad', que han tenido lugar a lo largo de esta semana.
En el acto central de las jornadas, que tuvo lugar esta mañana en el salón de actos de la Alhóndiga del Pan, participaron cuatro miembros de la comunidad gitana que expusieron sus experiencias vitales, muy diferentes en función de las generaciones representadas.
Rafael Jiménez Motos, gitano de 63 años, contó la experiencia de su familia hasta llegar a Zamora y también sus vivencias comprando numerosos objetos por los pueblos de Zamora. Precisamente, muchos de esos objetos conforman lo que es hoy el Museo Etnográfico de Zamora.
En la mesa redonda, que se organizó simulando una tradicional hoguera gitana, participó también el gitano mayor de Zamora, Emilio Salazar Escudero, que contó su experiencia con la compra venta de caballos.
Como representantes de las nuevas generaciones de gitanos estuvieron presentes Teresa Gabarre Pérez, una gitana de 40 años, que trabaja como mediadora en la Fundación Secretariado Gitano. Es madre de tres hijos y tiene una niña pequeña con discapacidad. Junto a ella se situó Noemí Salazar, una mujer de 35 años, mediadora intercultural también en la Fundación de Zamora. Su experiencia resultó especialmente reveladora ya que es una mujer casada que decidió volver a estudiar y logró un empleo, algo que no entra en la tradición de la comunidad gitana.