Cinco mujeres y cuatro hombres integran en Valladolid el jurado popular en el denominado 'crimen de la maleta'

La defensa del acusado solicita provisionalmente la absolución al considerar que la muerte de la víctima fue "puramente accidental"

Europa Press Sociedad
Actualizado: viernes, 30 abril 2010 19:27

VALLADOLID, 30 Abr. (EUROPA PRESS) -

Cinco mujeres y cuatro varones componen el jurado popular de cuyo veredicto depende el futuro del joven David A.S, quien se sienta desde hoy en el banquillo de la Audiencia de Valladolid por el denominado 'crimen de la maleta' registrado el día 12 de septiembre de 2008, fecha en la que el procesado, tras conocer que su novia, Eki María M.J, de 21 años, quería poner fin a su relación sentimental, la mató a golpes en el domicilio que ésta tenía en el barrio vallisoletano de Parquesol y acto seguido, para ocultar lo ocurrido, metió su cuerpo en una maleta que enterró en una zona agreste de Tariego de Cerrato (Palencia).

La primera jornada del juicio se ciñó al proceso de constitución del jurado, trámite que se prolongó durante casi cinco horas, y al acto de exposición de los informes previos y peticiones de pena por parte de las cuatro acusaciones personadas en la causa, las dos públicas ejercidas por la Fiscalía y la Abogacía del Estado y las dos particulares que representan por separado a los progenitores de la víctima, y la defensa del presunto criminal.

Por tanto, hasta el próximo lunes no está previsto que declare el acusado, que, de fuerte complexión y en vaqueros, playeras y con una chaqueta de punto marrón, ocupó ya hoy el banquillo en actitud fría y sin que en momento alguno apartara su vista de los miembros del jurado. También está previsto que declaren entonces los padres de Eki María, el matrimonio compuesto por José Joaquín Mayo y Esther Johnson, que no llegó a entrar en el Palacio de la Audiencia pero que estuvo toda la mañana apostado a sus puertas notablemente afectado.

De hecho, la madre de Eki María, en declaraciones a Europa Press, volvió a expresar su deseo de que el verdugo de su hija sea condenado a la máxima pena y que la cumpla en su integridad. "¡Estoy agonizando, si me pegan tres tiros por lo menos dejaré de sufrir!", indicó Esther Johnson, quien calificó además a David A.S. de delincuente "profesional", en alusión al extenso 'currículo' penal que atesora, ya que cuenta con antecedentes por delitos de tráfico de drogas, robo con fuerza, detención ilegal, amenazas y deserción.

BIOMBO PARA LOS PADRES

Los padres de la fallecida, al igual que otra novia del acusado llamada Sandra, no tendrán siquiera que enfrentarse en el juicio al acusado, ya que en el caso de los primeros sus abogados pidieron al magistrado presidente de Sala que el día de su declaración lo hagan tras un biombo y en el caso de la tercer testigo fue el Ministerio Fiscal quien pidió esta misma medida para garantizar que la declarante no pueda ofrecer su testimonio sin coacción alguna.

El acusado, tal y como expusieron las distintas partes, se expone a penas que oscilan entre los 15 y 20 años que solicitan el Ministerio Fiscal y la Abogacía del Estado, respectivamente, como autor de un delito de homicidio y los 25 y 30 que interesan la madre y el padre y el pago de indemnizaciones por importe de 200.000 y 100.000 euros, por el mismo orden, al entender que los hechos son constitutivos de un delito de asesinato.

Las cuatro acusaciones, en su relató, coincidieron en que el día 12 de septiembre de 2008 Eki María M.J, quien mantenía una relación sentimental con el procesado, al que había conocido cuando éste se hallaba preso en el penal de Dueñas (Palencia), concertó con él un encuentro en el domicilio de ella, en la calle Manuel Silvela del barrio de Parquesol, al objeto de comunicarle su deseo de romper y de volver con su antiguo novio. Él había salido el día anterior de prisión.

Fue esta confesión la que, en opinión de los acusadores, provocó una reacción violenta del procesado, quien tras agredirla con los puños y causarle lesiones en la zona malar izquierda que la dejaron aturdida, la propinó un fuerte golpe en la cabeza con un objeto romo que le produjo fractura craneal. Acto seguido, la trasladó hasta la bañera, limpió los rastros de sangre en el piso y más tarde la remató de un golpe en la cabeza con el mismo objeto.

Su cadáver lo introdujo entonces una maleta-troley, de 70 por 50 centímetros, que había en el domicilio y la trasladó en un coche alquilado hacia Tariego de Cerrato (Palencia) con el fin de deshacerse de ella, si bien de camino sufrió un accidente con vuelco, lo que le obligó a deshacerse provisionalmente del cuerpo a 100 metros del siniestro y a volver al día siguiente, también en otro coche alquilado, para recogerlo y enterrarlo, entre ladrillos y pajas, en una bodega situada en el paraje Collantes de dicha localidad palentina.

LA ABSOLUCIÓN.

Sin embargo, el defensor de David sostiene que la muerte de la joven fue "puramente accidental", de ahí que, provisionalmente, solicite una sentencia absolutoria y, alternativamente, una pena de tres años por delito de homicidio por imprudencia, con la atenuante de drogadicción, y el pago de una indemnización de 50.000 euros en favor de los padres de la víctima.

Según su línea argumental, su patrocinado no mantenía relación de noviazgo con Eki María, prostituta de profesión, aunque sí había tenido con ella tres o cuatro 'vis a vis' cuando éste se hallaba preso en Palencia. Fue al día siguiente de salir él de la cárcel, según sostiene el defensor, cuando David A.S. quedó con la víctima en un bar de Parquesol para recoger una bolsa con ropa que ésta le había lavado.

La muerte de ella se habría producido durante una discusión mantenida por David y Eki María cuando ésta insistió en salir a tomar algo y él se negó porque ya había quedado con su verdadera novia, Sandra, momento en el que, siempre según la tesis de la defensa, el procesado trató de salir del piso y la víctima se interpuso para evitarlo. Fue entonces cuando él la dio un empujón y la joven perdió el equilibrio y su cabeza golpeó violentamente contra la pared del pasillo, sin el David pudiera imaginarse que yaciera ya muerta pues pensaba que se encontraba tan sólo sin conocimiento.

Por eso, tal y como mantiene su representante legal, el acusado trasladó a la mujer hasta la bañera, no para rematarla, sino para echarle agua fría con el fin de que recuperara la consciencia. "Tremendamente horrorizado", comprobó que había fallecido y, asustado por que acababa de recuperar su libertad el día anterior, decidió ocultar los hechos, introduciendo el cadáver en una maleta que enterró en Tariego.

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