Actualizado 09/06/2010 21:37

La defensa atribuye homicidio imprudente al presunto asesino de Marratxí pese que éste asegura que "no tocó" a su pareja

La Fiscalía considera "suficientemente acreditado" que Hermenegildo F. mató a su pareja ya que el clan de La Paca "bastante tenía tras haber sido desmantelado"


PALMA DE MALLORCA, 9 Jun. (EUROPA PRESS) -

La defensa del acusado de asesinar a su pareja el 13 de septiembre de 2008 en Marratxí solicita tres años de prisión para el presunto autor de los hechos por un delito de lesiones dolosas en concurso con homicidio imprudente, a pesar de que su patrocinado, Hermenegildo F., defendió ante el tribunal del jurado que "no la tocó" y que su muerte se debió a la paliza que recibió por parte de sicarios colombianos del clan de La Paca.

Durante la exposición de las conclusiones y los informes de las partes en el juicio que ha tenido lugar durante tres días en la sala del jurado de la Audiencia Provincial y que finalizó esta tarde, el letrado Fernando Mateas modificó su escrito de defensa ya que en un principio solicitaba la libre absolución del acusado, mientras que Fiscalía y acusación particular -en nombre de la familia de Laura G.- mantienen la misma petición de pena (22 y 25 años de prisión, respectivamente).

En su intervención, la fiscal Concepción Ariño aseveró, respecto a la declaración del reo, que "bastante tenía el clan de La Paca" en esa época, debido a su desmantelamiento en julio de 2008 por la operación desarrollada en Son Banya contra el tráfico de drogas (conocida como Kabul) "como para preocuparse de dinero falso", después de que el presunto asesino defendiese que Laura G. recibió una paliza en Son Banya tras descubrirse que había pagado droga con dinero falso.

"Ha quedado suficientemente acreditado que Hermenegildo fue el autor del asesinato", afirmó de forma rotunda la fiscal en varias ocasiones, recriminando que el imputado haya cambiado su versión de los hechos "conforme a él le conviene". Así, manifestó que "intenta cambiar la realidad de los hechos" cuando el acusado afirma que su pareja recibió una paliza en Son Banya y tuvo un accidente con la moto, cuando ésta apareció escondida en un descampado y le faltaban "sólo unas piezas".

De acuerdo a las pruebas practicadas en el juicio, Ariño determinó que la muerte se produjo en el interior del garaje de la pareja, en la calle Can Barrera de Es Figueral, y ello lo demuestran los indicios y los restos orgánicos y de sangre esparcidos en paredes y suelo, en las sábanas, en la camisa del presunto autor de los hechos "y en toda la casa". "La paliza en Son Banya no ha quedado acreditada de ninguna forma", abundó la fiscal.

Tal y como relató, dar un golpe en una zona vital "como hizo" el acusado "significa buscar la muerte", y en este sentido señaló que propinó tres golpes en la zona del cuello, después le propinó "una paliza brutal, porque no hay un sólo centímetro del cuerpo en el que no haya contusiones o hematomas", le partió la nariz y le provocó hemorragias en cabeza, riñón y páncreas.

"Pero no fue suficiente con ello", espetó la representante de la acusación pública, quien aseveró que después la tumbó en el suelo y se puso encima hasta que le fracturó las costillas y le provocó la muerte por insuficiencia respiratoria. La Fiscalía postula que hubo alevosía en cuanto a que Laura G. se encontraba bajo el efecto de sustancias estupefacientes y no podía reaccionar porque tenía su capacidad mermada, así como ensañamiento ya que "le provocó una agonía intolerable al romperle las costillas y durante tres minutos presionarla hasta matarla por asfixia".

Asimismo, defiende que concurre la agravante de parentesco, mientras que en relación a la atenuante simple por drogadicción solicitada por la defensa, la fiscal manifestó que de los análisis realizados se extrae que Hermenegildo F. era un consumidor "medio-bajo". "Si es capaz, tal y como hizo, de limpiar la estancia y esconder la moto hasta que puso los hechos en conocimiento de la Policía, es porque tiene capacidad de saber lo que está haciendo y ello en perfectas condiciones", agregó Ariño.

"Lo único que no ha quedado clara es la intencionalidad", puso de manifiesto la fiscal, a quien "se me escapa al igual que a todas las personas que tienen sentibilidad, por qué matan los hombres a las mujeres". Por su parte, la letrada de la Abogacía del Estado, personada como acusación popular, señaló en esta misma línea que ni el accidente en moto, ni la pelea en Son Banya ni la paliza de los sicarios "han quedado probados", sino que "las pruebas objetivas demuestran que las únicas personas presentes en ese momento fueron víctima y acusado".

"TENÍA TODOS LOS MEDIOS SI LA HUBIERA QUERIDO MATAR"

Frente a ello, el abogado de Hermenegildo F., defendió que a Laura G. la agredieron en Son Banya dos hombres, una gitana y otra mujer, y que al no haber obtenido la droga que quería en el poblado, el acusado la increpó, perdió el control, le propinó varios golpes y cayó sobre ella, pero negó cualquier intencionalidad de matar por parte de su defendido.

"Que cae encima de ella está claro", apuntó Mateas, quien consideró "totalmente inconsistente que se diga que el acusado fue consciente de que las costillas estaban rotas y que aún así siguó apretando bajo un ánimo homicida, que se da cuando alguien coje una llave inglesa y abre la cabeza a otra persona, le pega un tiro o le da 27 puñaladas".

En cuanto a las sustancias estupefacientes que consumió la víctima, aseveró que eran estimulantes -cocaína y MDMA- por lo que "podía defenderse y por ello no hay alevosía", mientras que en cuanto al ensañamiento, incidió en que "hay multitud de lesiones pero no basta para afirmar que quiso causarle un daño innecesario". "Estamos ante un homicidio imprudente", recalcó el letrado, quien concluyó que "si la hubiera querido matar, tenía a su alcance muchos medios y todo el tiempo del mundo para asesinarla y esconder su cadáver".

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