ROMA, 2 Nov. (EUROPA PRESS) -
Entre el 15 y el 50% de los alimentos producidos en los países en desarrollo se pierden después de la cosecha, agravando así el problema del hambre, según advirtió este lunes la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO), subrayando que con inversiones y formación adecuadas, las pérdidas de alimentos se podrían reducir en forma drástica.
Según las estimaciones, esta importante pérdida de alimentos se debe a causas muy diversas como la recolección en un momento inadecuado del proceso de maduración, una exposición excesiva a la lluvia, la sequía o las temperaturas extremas, la contaminación por microorganismos y los daños físicos que reducen el valor del producto.
Los cultivos también pierden valor a causa de los daños provocados por el uso de herramientas inadecuadas, la contaminación química o un exceso de rudeza en la manipulación --incluyendo acumulación de calor-- durante la recolección o las operaciones de carga, empaquetado y transporte, explica la FAO.
Así las cosas, las pérdidas de alimentos contribuyen a que los precios permanezcan altos al eliminar una parte de los suministros del mercado y tienen también impacto en la degradación medioambiental y el cambio climático, ya que se utiliza tierra, agua, mano de obra y recursos no renovables --como fertilizantes y energía-- en la producción, procesado, manipulación y transporte de alimentos que nadie consume, lamenta la agencia de la ONU en un comunicado.
Muchas de las pérdidas, incide la FAO, ocurren a causa de prácticas erróneas de transporte y empaquetado, para lo que una formación adecuada es fundamenta. Por ello, la FAO, en colaboración con el Banco Mundial y otros socios, ha formado a miles de personas en tres continentes para manejar los alimentos cosechados de forma correcta.
Otro grave problema, puesto de relieve durante la crisis alimentaria de 2008, lo crean las instalaciones de almacenamiento inadecuadas e inseguras que existen en muchos países en desarrollo. En este ámbito, la FAO trabaja por ejemplo distribuyendo silos metálicos para preservar mejor los alimentos. En total se han instalado o construido más de 45.000 silos en 16 países, y se han formado más de 1.500 profesionales, técnicos y artesanos en su construcción y manejo.
Sin embargo, reconoce la agencia de la ONU, para lograr que tecnologías como la de los silos sean accesibles a los pequeños campesinos, es necesario intervenir también en otras áreas. En muchos países en desarrollo los agricultores no pueden costearse materiales para construir silos, por lo que la FAO ha establecido fondos rotatorios y préstamos para facilitar la difusión de mejores contenedores para el almacenamiento. Otras intervenciones pasan por el establecimiento de mecanismos institucionales innovadores, como los sistemas de recibos en los almacenes.