Archivo - Un alumno en un examen. - Carlos Luján - Europa Press - Archivo
MADRID, 9 Sep. (EUROPA PRESS) -
Uno de cada cuatro jóvenes con discapacidad en España abandona el colegio sin terminar la educación secundaria, según un informe elaborado por Fundación ONCE entre jóvenes con discapacidad de entre 18 y 24 años.
En concreto, el estudio revela que la tasa de abandono educativo temprano en los jóvenes con discapacidad se sitúa en España en el 19,9% para todo tipo de formación y se eleva al 25,1% si se analiza únicamente la renuncia a estudios oficiales o reglados.
Además, de los datos se desprende que está tasa es casi seis puntos superior a la registrada entre la juventud sin discapacidad.
El estudio, titulado 'Diagnóstico sobre abandono educativo temprano de estudiantes con discapacidad', impulsado por Fundación ONCE y desarrollado por KSNET, se ha presentado este martes en Madrid, en un acto que ha contado con la participación del secretario de Estado de Educación, Abelardo de la Rosa, y del director general de Fundación ONCE, José Luis Martínez Donoso.
Según ha informado la ONCE en un comunicado, De la Rosa ha señalado que si bien es cierto que el abandono escolar tiene varias causas, su mejora pasa también por la puesta en marcha de medidas
diversas como contar con apoyos educativos en el aula que ayuden al profesorado a flexibilizar o adaptar los currículums, estrechar la colaboración con las familias y aumentar la sensibilización social para conseguir la plena inclusión.
Por su parte, Martínez Donoso ha insistido en que la inclusión es "clave para el bienestar" de los menores con discapacidad, ya que se encuentran en una etapa decisiva para su desarrollo de la que "va a depender su autonomía, independencia, empleabilidad, y lo más importante, su inclusión en la comunidad".
El documento, elaborado en 2024 con una metodología mixta que incluyó una encuesta a 423 jóvenes con discapacidad de toda España, revisión documental y grupos de discusión, concluye que el abandono escolar temprano es el resultado de "una interacción compleja entre barreras pedagógicas, estructurales, sociales y emocionales" y que, además, ocurre como consecuencia de trayectorias de exclusión progresivas.
Entre estas barreras figuran la percepción por parte de los mismos chavales de bajo rendimiento académico (24,7%), malestar en el centro educativo (19,5%), acoso escolar (10,4%), problemas de salud y terapias asociadas a la discapacidad (18,2%) y falta de opciones formativas alineadas con sus intereses (15,6%). Además, el informe refleja que las mujeres con discapacidad expresan mayores niveles de desmotivación y violencia escolar, mientras que los hombres manifiestan más dificultades de integración.
En cuanto a las "trayectorias de exclusión progresiva", el trabajo señala que se trata de procesos en los que se acumulan obstáculos que debilitan el vínculo con el sistema educativo. Algunos de estos obstáculos son el sentimiento de soledad en el recreo que experimenta el 31% de los encuestados; el sufrimiento de maltrato escolar referido por el 20,9% o el no poder seguir el ritmo de las clases, que expresa el 59%.
Al mismo tiempo, el estudio afirma que el modelo educativo se basa todavía en estructuras y metodologías "poco flexibles", que no recogen adecuadamente la diversidad de ritmos, estilos de aprendizaje y necesidades de apoyo. Además, recoge las dificultades de acceso físico a los centros, la falta de transporte adaptado y la ausencia de técnicos de apoyo desde el inicio del curso, especialmente en el caso del alumnado con discapacidad física u orgánica.
Entre las recomendaciones que ofrecen los autores del estudio, destacan: adoptar el Diseño Universal de Aprendizaje (DUA) para eliminar barreras en el acceso y participación; garantizar que los técnicos de apoyo estén disponibles desde el inicio del curso; invertir en tecnologías educativas accesibles; ampliar la oferta de itinerarios flexibles y diseñar estrategias ajustadas según tipos de discapacidad, entre otras.
Además de presentar el estudio, la Fundación ONCE ha dado a conocer la campaña de sensibilización '#MeQuedoCOntigo', destinada a visibilizar y combatir el abandono escolar en estudiantes con discapacidad.