Actualizado 29/03/2010 15:45

Lorente atribuye la "infrautilización" de las pulseras para agresores a falta de información y confianza de los jueces

Igualdad eleva a 12 el balance de víctimas en 2010, dos más que el año pasado, y deja en investigación el crimen de Almería


MADRID, 29 Mar. (EUROPA PRESS) -

El delegado del Gobierno contra la Violencia de Género, Miguel Lorente, atribuyó hoy la "infrautilización" de los brazaletes GPS para maltratadores a "distintos factores" entre los que destacó la información que reciben los jueces sobre el caso de violencia de género, la confianza que suscite en los magistrados el dispositivo y el hecho de "no creer" que la situación es lo suficientemente grave como para imponer esta medida cautelar.

En declaraciones a los medios, Lorente explicó que en la actualidad, de los 3.000 dispositivos que el Gobierno puso a disposición de la Justicia para imponerlo en aquellos casos de malos tratos que se considerasen de riesgo extremo para la víctima, sólo

está funcionando en torno a un nueve por ciento.

"Los jueces actúan según se les informa y hay diferentes niveles de información, desde el atestado policial, que ya incluye la valoración del riesgo, hasta las propias actuaciones judiciales", apuntó Lorente, para quien "es importante que a todos los niveles, se lleve a cabo una buena investigación para aportar la información necesaria que necesitan los jueces para tomar decisiones". "No es un problema de una de las partes, sino un problema de conjunto", apostilló.

Preguntado por una posible falta de sensibilización entre los jueces, Lorente incidió en que "hay que seguir informando" porque "más que falta de concienciación, lo que hace falta es informar sobre las características de la violencia, los recursos disponibles y la adecuación de los mismos a las circunstancias concretas".

En este sentido, incidió en que proteger a las mujeres es crear un "contexto de seguridad" a su alrededor ya que "no hay un instrumento que por sí mismo pueda garantizar al cien por cien" la seguridad de la víctima, sino que se debe desarrollar "toda una estrategia" desde el entorno cercano hasta la asistencia social, la actuación policial y la imposición de dispositivos para "ocupar prácticamente todo el espectro en el que el riesgo se puede manifestar en forma de agresión".

Por eso, el delegado del Gobierno hizo "un llamamiento para que se recurra a todos estos instrumentos que, en definitiva, garantizan la seguridad de la mujer y como tal, su protección". "Si tenemos instrumentos para minimizar el riesgo y esos instrumentos están disponibles, tenemos que acudir a ellos para evitar que se produzcan agresiones graves" como las registradas en el último mes, apuntó.

DOCE MUERTAS ESTE AÑO, DOS MÁS QUE EN 2009

No obstante, los dispositivos no podrían haberse aplicado en ninguno de los homicidios de mujeres que tuvieron lugar este fin de semana en Vic (Barcelona), Castellón y Almería ya que ninguna de las víctimas había presentado denuncia previa por malos tratos, como suele pasar en entre el "70 y el 80 por ciento" de los asesinatos machistas.

Lorente confirmó que los dos primeros casos corresponden a la violencia de género y señaló que el crimen de Almería, si bien coincide en 'modus operandi' con esta tipología delictiva, se mantendrá bajo investigación en espera de conocer más datos sobre el suceso. Así, el balance de 2010 se eleva a 12 víctimas mortales, dos más que el año pasado por las mismas fechas.

"Somos conscientes de que los factores que influyen en el desencadenamiento de la agresión que termina en muerte son muy diversos, pero también hay un factor que coincide siempre con la época vacacional, con los momentos en que la discusión, el conflicto o el enfrentamiento del agresor nace alrededor de un conflicto relacionado directamente con la familia", advirtió Lorente.

En este sentido, incidió en que épocas como la Semana Santa "son especialmente delicadas porque el riesgo aumenta" pero recordó que "siempre hay una situación de violencia previa al homicidio" y ahí es donde tiene que estar el entorno de la víctima, el entorno del agresor y el resto de la sociedad para detectarlo y actuar.

"La pasividad siempre conduce a la confianza del agresor y la inseguridad de la víctima", destacó Lorente, quien reconoció que aún "hay que hacer mucho en cuanto a concienciación social, aumentar la confianza en el sistema y en la crítica de quien cuestiona la credibilidad de las mujeres" con argumentos como la existencia de denuncias falsas, lo que "genera desconfianza" y minimiza el riesgo.