MADRID, 19 Ene. (EUROPA PRESS) -
Alrededor de 40.000 niños de la etnia rohingya viven actualmente en Birmania sin que sus nombres figuren en los registros de población, lo cual limita seriamente sus posibilidades de acceso al trabajo, a los alimentos y a la salud, según revela un nuevo informe remitido este jueves ante Naciones Unidas.
"Pese a las recientes reformas emprendidas en Birmania, el Gobierno ha reafirmado sus políticas profundamente discriminatorias contra los rohingya y los niños son quienes se llevan la peor parte", declaró la directora del Proyecto Arakan y coautora del informe, Chris Lewa, a la agencia humanitaria de noticias de la ONU, IRIN.
El problema está directamente relacionado tanto con la concesión de las autorizaciones para contraer matrimonio como con la "política de dos hijos" impuesta por el Gobierno birmano, prosiguió Lewa antes de asistir este jueves en Ginebra a una reunión del Comité de Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño.
Por una parte, estos niños sin registrar suponen por sí mismos una "evidencia" de la existencia de matrimonios sin la autorización del Estado, un delito que se castiga con diez años de cárcel. Por otra, los terceros o cuarto hijos sin registrar pasan a engrosar una "lista negra" durante toda su vida, lo cual les impide trabajar, estudiar o casarse.
De acuerdo con la Ley sobre Ciudadanía de 1982, los niños rohingya --tanto los registrados como los no registrados-- están catalogados como "apátridas", lo cual limita su acceso a los alimentos y la atención médica.
La mayoría de ellos no pueden acudir al colegio y son explotados en trabajos forzados. La tasa de analfabetismo entre los rohingya ronda al 80 por ciento y más del 60 por ciento de los niños de edades comprendidas entre los cinco y los 17 años no acuden nunca a la escuela, según el informe.