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ROMA, 22 Mar. (EUROPA PRESS) -
El Papa ha reclamado durante la audiencia general de este miércoles 22 de marzo que se respeten los derechos de los inmigrantes y refugiados y ha insistido que la emergencia del flujo migratorio que se vive hoy en día es la "tragedia más grande después de la II Guerra Mundial".
Francisco, que ha presidido su catequesis semanal en la plaza de San Pedro ante miles de peregrinos, ha instado a las organizaciones que se dedican a ofrecerles asistencia a continuar en su empeño "para dar acogida y hospitalidad a los refugiados e inmigrantes teniendo en cuenta los derechos y los deberes recíprocos de quien acoge y quien es acogido".
En particular, el Papa se ha referido la Fundación Migrantes- promovida por la Conferencia Episcopal Italiana y cuyos miembros estaban presentes en la audiencia. "No hay que olvidar que el problema de los refugiados, de los inmigrantes, es hoy la tragedia más grande después de la II Guerra Mundial", ha resaltado el Papa.
Durante la catequesis, el Pontífice ha reiterado que en la sociedad son los fuertes los que debe proteger a los débiles siguiendo el ejemplo de Cristo, que es "el hermano fuerte que se preocupa" por todos.
Al reflexionar sobre el contenido de las cartas de San Pablo en las cuales el Apóstol explica en qué consiste la esperanza cristiana, el Papa ha señalado que la expresión 'nosotros que somos fuertes', aunque pueda parecer "presuntuosa", no lo es en "la lógica del Evangelio". "Es justo lo contrario, porque nuestra fuerza no viene de nosotros, sino del Señor", ha determinado.
"Quien experimenta en la propia vida el amor fiel de Dios y su consuelo, está más bien obligado a permanecer cerca de los hermanos más débiles y a hacerse cargo de su fragilidad. Y debe hacerlo sin satisfacción de sí mismo, más bien sintiéndose simplemente como un canal que transmite el don del Señor; y así se convierte en un sembrador de esperanza", ha agregado.
