Actualizado 04/07/2015 06:43

Las aves invasoras dispersan los parásitos que amenazan a las especies endémicas, según el Museo de Ciencias Naturales

Aves endémicas de la isla de Robinson Crusoe, amenazadas por las invasoras
MNCN, CSIC


MADRID, 25 Sep. (EUROPA PRESS) -

Las aves de especies invasoras contribuyen en la dispersión de parásitos que amenazan a las especies endémicas, según un estudio realizado por investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales del Consejo Superior de Investigaciones Científicas en la isla Robinson Crusoe.

El artículo, que ha sido publicado en la revista Bird Conservation International, expone que los investigadores han identificado genéticamente los parásitos sanguíneos de cuatro especies de aves.

Así, el trabajo indica cómo las especies de aves invasoras de la isla Robinson Crusoe actúan como fuente de parásitos sanguíneos que se convierten en una amenaza para las aves autóctonas, seriamente amenazadas, como por ejemplo el colibrí de Juan Fernández, Sephanoides fernandensis, y el cachudito de Juan Fernández, Anairetes fernandezianus, dos aves endémicas de la isla Robinson Crusoe (Chile).

El colibrí es una especie catalogada en peligro crítico por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN, por sus siglas en inglés). Esta es la categoría de riesgo más alta. Mientras, el cachudito forma parte de las especies 'casi amenazadas', es decir, que en un futuro cercano estará en peligro de extinción.

"Con esta investigación hemos podido comprobar cómo especies invasoras como el zorzal patagónico pueden incrementar la presencia de parásitos sanguíneos en la isla y hacer que la subsistencia de las especies endémicas peligre", ha destacado el investigador del MNCN Santiago Merino.

Además, los científicos han identificado genéticamente los parásitos sanguíneos de cuatro especies de aves: Las dos especies endémicas mencionadas y dos especies invasoras de la isla, el colibrí austral, Sephanoides sephaniodes, y el zorzal patagónico, Turdus falcklandii.

A este respecto, Merino ha indicado que con los análisis realizados han descubierto que los cachuditos están afectados por un parásito sanguíneo que también afecta al zorzal patagónico, lo que hace pensar a los investigadores que el zorzal está actuando como fuente de los parásitos.

"El hecho de que no encontráramos parásitos en el colibrí de Juan Fernández puede deberse a que no llega a infectarse o a que mueren muy rápidamente cuando el parásito les afecta y por eso no los capturamos", ha concluido.

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