Actualizado 05/07/2009 18:00

ACNUR deja en manos de Israel el Proceso de Determinación de Estatus de Refugiados

La agencia de la ONU valora avances positivos pero insta a garantizar más derechos a los peticionarios de asilo


MADRID, 5 Jul. (EUROPA PRESS) -

El Gobierno israelí ha asumido el control sobre el llamado Proceso de Determinación del Estatus de los Refugiados (PDER) que hasta entonces quedaba en manos de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), una decisión que afecta a unos 15.000 desplazados africanos que buscan asilo en Israel.

El Estado hebreo es firmante de la Convención de Refugiados de 1951, pero no contempla ninguna legislación al respecto. Sí que cuenta con una normativa que permite a los llegados gozar de determinadas protecciones temporales y derecho limitado al trabajo junto con el compromiso tácito de no devolver a los refugiados al lugar de donde procedían.

A Israel llegan cada mes entre 200 y 300 personas al mes, principalmente procedentes de Egipto, según la Autoridad de Inmigración de Israel y ONG locales, en cifras recogidas por la agencia de información de Naciones Unidas, IRIN.

La oficina local de ACNUR informa exactamente de 14.776 peticionarios de asilo en Israel. El número de peticionarios según el Foro de Derechos de los Refugiados --que compila ocho ONG locales--, estima esa cifra superior a los 17.000.

La diferencia entre las cifras se puede explicar por el hecho de que ACNUR no tiene en cuenta a los refugiados que ya no están en contacto con la ONG, según el representante de la agencia de Naciones Unidas en Israel, William Tall.

ESTATUS

Según el representante de ACNUR Mickey Bavly, el proceso comenzaba con una entrevista inicial a los solicitantes, tras la que hacía una recomendación especial al Gobierno, concretamente a un cuerpo especial dirigido por un jurista independiente y comupuesto de los ministerios de Interior, Asuntos Exteriores y Justicia.

"Debemos reconocer los pasos positivos que el Gobierno israelí ha adoptado en materia de asilo", indicó Tall, que valoró con optimismo "las medidas aperturistas en la frontera israelí" y que "el Gobierno haya decidido no expulsar a los refugiados".

No obstante, la intención del director de la Autoridad de Inmigración, Yaccov Ganot, es reducir el número de "infiltrados" a través del desarrollo de "restricciones residenciales" y haciendo "mejor uso de la capacidad para detener refugiados".

Según ACNUR, sólo 70 de las 170 personas a las que Israel ha concedido estatus oficial de refugiado se encuentran en el Estado hebreo. El resto se ha marchado a otros países.

UN PASO PELIGROSO

La práctica totalidad de los peticionarios de asilo llegan desde Egipto por la noche. La frontera sur de Israel se extiende a lo largo de 230 kilómetros y es bastante porosa. Sólo una valla de escasa altura separa los dos estados.

Generalmente, lo que se hace es pagar a guías beduinos para atravesar la frontera, con el peligro de ser disparados por los guardias de seguridad egipcios. Al menos 33 personas han muerto en estas circunstancias desde que se comenzó el recuento de refugiados. Cientos de personas han sido heridas y detenidas mientras intentaban cruzar la frontera. En este caso, su destino es la deportación a su país de nacimiento.

Según la Línea Caliente para Inmigrantes (MOKED), de entre los miles de personas entrevistadas, al menos una persona de cada grupo de que entra en la frontera es herida o detenida.

EN ISRAEL

Una vez en Israel, se enfrentan a duras condiciones a pesar de la ayuda que reciben tanto de ACNUR como de las ONG locales, entre ellas Moked, Assaf, el Centro de Desarrollo para los Refugiados Africanos (CDRA) y Médicos por los Derechos Humanos, que proporcionan cuidados sanitarios, cobijo y ayuda legal.

Fuera de Tel Aviv, los permisos de trabajo están restringidos, y la incapacidad de los refugiados para encontrar trabajo suele desembocar en casos de depresión, alcoholismo, violencia y comportamiento autodestructivo.

Cerca de 2.000 peticionarios de asilo se encuentran encarcelados en la prisión de Ktziot, en el sur de Israel. Según ACNUR, muchos de ellos tienen el visado caducado.

"RETORNOS CALIENTES"

Para finalizar, Tall declaró su disconformidad con la política de "retorno caliente" puesta en práctica recientemente por el Ejército israelí, que implica la inmediata devolución de los peticionarios nada más cruzar la frontera, contraviniendo la Convención de 1951.

En este sentido, varias ONG han solicitado al Tribunal Supremo iraní la eliminación de este modelo, pero su petición todavía está siendo tramitida, según las organizaciones y miembros de la reserva del Ejército.

-. Firma: LEI/RAFA .-