LISBOA 9 May. (de la corresponsal de EUROPA PRESS, Patricia Ferro) -
La desaparición hace seis días de Madeleine McCann, la niña británica de tres años que fue raptada en un hotel de la playa de la Luz, en el sur de Portugal, ha desatado una operación policial de búsqueda sin precedentes en el país, que vive entre consternado con el suceso y molesto con las críticas vertidas por la prensa británica sobre la forma de actuar de las autoridades lusas.
Hasta ahora no se conoce un despliegue de tales dimensiones en el país por la desaparición de un niña. De echo son muchas las voces que recuerdan que si fuese portuguesa no se haría ni la mitad, como ya ocurrió en otras ocasiones.
Más de mil agentes de los diferentes cuerpos de policía portugueses, más de 100 civiles coordinados por las autoridades, barcos, helicópteros, perros, coches, la Interpool, la policía británica y especialistas británicos expertos en secuestros, están buscando en un radio de 15 kilómetros, aunque también se vigilan todas las salidas del país.
La pequeña Meddie desapareció el jueves por la noche cuando dormía en la habitación de un Apartotel con sus hermanos mellizos de dos años, mientras sus padres, Gerry y Kate, habían salido a cenar a un restaurante cercano.
Hasta el momento no hay rastro de la pequeña. La Policía portuguesa ha examinado más de 350 pistas, ha inspeccionado unos 500 apartamentos y ha hablado con centenares de personas, aunque sin resultados.
El secreto de sumario que existe en Portugal y que está siendo aplicado en este caso con rigor, es una de la principales críticas que realizan los medios de comunicación británicos, algunos portugueses y varios investigadores especialistas en secuestros.
De echo, una de las principales críticas es que no ha sido divulgado el retrato robot que se sabe que existe del presunto secuestrador. De hecho, hoy mismo, algunos cuerpos de la policía como el Servicio de Extranjeros y Fronteras o la propia Guardia Nacional Republicana de carretera, indicaban que no entendían por qué no se les había facilitado a ellos ese retrato robot, que solamente parece tener la Policía del Algarve.
Esa falta de información de las autoridades lusas, que dicen estar cada vez más cerca de descubrir el móvil del crimen, genera muchas especulaciones. Sin embargo, se sabe que han descartado la opción de que la niña se haya ido por propia voluntad y que el rapto haya sido casual. La Policía cree que Madeleine, podría haber sido vigilada por una red internacional de pederastas, antes de ser secuestrada.
AMPLIA COBERTURA MEDIATICA
Pero, además del despliegue de medios técnicos y humanos sobre el terreno, los medios de comunicación portugueses se están volcando en el asunto. La desaparición de Madeleine, que el sábado cumple cuatro años, abre todos los informativos de las radios y televisiones, que le dedican programas especiales, y es primera página de todos los periódicos desde que se supo de su desaparición.
La foto de la niña está en todos los rincones imaginables de la región del Algarve y en los aeropuertos, estaciones y espacios públicos del país. En Internet circulan numerosos mensajes con la cara de la niña pidiendo que si alguien sabe algo, o la reconoce, por favor se ponga en contacto con las autoridades.
Por si eso no fuera suficiente, figuras publicas de repercusión
internacional a pedido ayuda para encontrarla. Desde el presidente de la República portuguesa, Aníbal Cavaco Silva, hasta el primer ministro británico, Tony Blair, pero quizás, la que más repercusión tuvo en la sociedad fue el mensaje del delantero luso del Manchester United, Cristiano Ronaldo, que en un emotivo mensaje en la televisión de su club apeló a la ayuda de todos para encontrar a Madeleine.
Pero sin dejar de lado la preocupación por la falta de noticias de la pequeña Meddie, como la llaman cariñosamente, son cada vez más las voces que en Portugal denuncian que este despliegue no se realice también cuando desaparece una niña portuguesa. De echo, en Portugal existen hoy ocho casos de niños desaparecidos sin rastro, que solamente han llegado a la luz pública con los ecos del secuestro de la niña inglesa.