Actualizado 27/05/2014 15:30

Cáncer sin tratar en el campo de refugiados

Niño refugiado sirio que ha recibido tratamiento para el cáncer gracias a ACNUR
Foto: ACNUR

MADRID, 27 May. (EUROPA PRESS) -

   El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) ha denunciado que los campos de refugiados de Jordania y Siria están desbordados ante el aumento de casos de cáncer y critican que muchos de ellos no están pudiendo recibir el tratamiento que necesitan.

   En un artículo en la revista científica 'The Lancet Oncology', el experto médico de esta institución Paul Spiegel ha asegurado que se están produciendo situaciones "angustiosas" en muchos de los campos de refugiados, al tener que decidir qué pacientes deben ser tratados y cuáles no, de ahí que haya pedido tomar medidas urgentes para hacer frente al cáncer en crisis humanitarias.

   "Podemos tratar a todos del sarampión, pero no podemos tratar a todos del cáncer", dijo Spiegel, quien asegura que hay centenares de refugiados en Jordania y Siria a los que se les ha negado el tratamiento por no disponer de fondos suficientes. "Tenemos que dejar de tratar a los pacientes de cáncer con mal pronóstico porque su atención es demasiado cara. Después de haberlo perdido todo en su país, se enfrentan a un sufrimiento aún mayor en el exilio", añade.

   El artículo publicado en 'The Lancet Oncology' se ha centrado en los refugiados de Jordania y Siria e incluye datos de 2009 a 2012, periodo en el que el número de casos de cáncer documentados ha aumentado en sendas regiones, en las que tradicionalmente se ha prestado más atención a otros problemas de salud como las enfermedades infecciosas o la malnutrición.

   El tipo de cáncer más común entre los refugiados es el de mama, que representa prácticamente una cuarta parte de las solicitudes presentadas en Jordania al Comité de Cuidados Excepcionales de ACNUR (ECC, según sus siglas en inglés), encargado de decidir si se financian o no tratamientos caros.

   Así, en este país la ECC sólo había podido aprobar 246 de 511 solicitudes de tratamiento entre 2010 y 2012, el 48 por ciento de todas las recibidas. El motivo principal de la negativa fue el mal pronóstico, que hacía que un paciente tuviera pocas posibilidades de recuperarse, por lo que el comité decidió que era mejor emplear los escasos recursos económicos en otros pacientes con mejores posibilidades de supervivencia.

TRATAMIENTOS DE HASTA 15.000 EUROS

   Y, aunque de forma más ocasional, también hubo casos en que el Comité decidió incluso rechazar a pacientes con buen pronóstico, alegando que el tratamiento era demasiado caro. Adam Musa Khalifa, médico de ACNUR que forma parte de este comité en Siria, recordó la historia de una madre iraquí con dos hijos que padecía una forma poco común de cáncer de mama y tuvo que dejar su tratamiento al ir a Siria, donde era demasiado caro. Según recuerda ACNUR, en algunos casos puede ascender a unos 21.000 dólares (unos 15.300 euros).

   "Los sistemas de salud pública en Siria y Jordania están saturados y los centros privados son insuficientes. Las organizaciones internacionales han ayudado a ampliar las instalaciones y a pagar al personal y los medicamentos, pero esto no es suficiente", advierten en el artículo.

   Los refugiados con cáncer a menudo ven sus tratamientos interrumpidos por la inseguridad en sus países. En Siria, por ejemplo, muchos hospitales han quedado destruidos o han sido cerrados y los médicos especialistas han huido.

   "El informe publicado no deja ninguna duda de que el cáncer es un importante problema de salud entre los refugiados", ha reconocido Spiegel, que aboga por "encontrar formas mejores, en colaboración con los países de acogida, para financiar la prevención y el tratamiento".

   Los nuevos enfoques podrían incluir campañas de información, itinerantes y 'on-line' centradas en la salud preventiva, así como nuevos modelos de financiación, como las microdonaciones o incluso seguros de salud. Según los expertos, todas las medidas deberán incluir a los sistemas de atención sanitaria existentes en los países de asilo, a fin de evitar desigualdades entre las comunidades de acogida y los refugiados.