Actualizado 30/10/2012 15:31

ACNUR considera "alarmante" el nuevo estallido de violencia entre musulmanes y budistas en Birmania


MADRID, 30 Oct. (EUROPA PRESS) -

El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) ha considerado "alarmante" la nueva oleada de violencia que se desató la semana pasada en el estado de Rajine, en el oeste de Birmania, que ha obligado a más de 28.000 personas a huir de sus hogares.

"Es realmente urgente que la ley y el orden sean restituidos para impedir más violencia" y que se permita el acceso de la ayuda humanitaria "para los más necesitados", ha declarado ante los medios el portavoz de ACNUR, Adrian Edwards.

Las autoridades del estado de Rajine han estimado que, desde que estallaron nuevamente los disturbios entre la minoría de rajines musulmanes y la mayoría de roghinyas budistas el pasado 21 de octubre, decenas de personas han perdido la vida y más de 4.600 hogares han sido quemados en las ciudades de Minbya, Myebon, Mrauk-U, Pauk Taw, Rathedaung, Kyauk Phyu, Ramree and Kyauk Taw.

La semana pasada, ACNUR realizó una visita interinstitucional a algunas de las zonas afectadas. "Vimos mucha destrucción y desplazamientos" y "nuestro equipo se ha fijado en que muchos de los desplazados internos se encuentran en áreas extremadamente difíciles de alcanzar", ha señalado Edwards.

DESPLAZADOS INTERNOS

Más de 3.000 personas han huido en embarcaciones hacia Sittwe para ser acogidos en los campamentos establecidos para desplazados internos. Los alojamientos, ubicados alrededor de Sittwe, acogen en estos momentos a más de 75.000 desplazados por la situación de violencia en Rajine, la cual estalló inicialmente en el mes de junio.

Con la llegada de más personas, estos campamentos, ya masificados, han superado los límites de su capacidad en términos de espacio, refugio y provisiones tales como comida y agua. Los precios de los alimentos en la zona se han duplicado y además, no hay suficientes médicos para tratar a los enfermos y heridos, según ACNUR.

Muchos desplazados han encontrado refugio en comunidades cercanas y en los campamentos de Sittwe, mientras un número desconocido por el momento, ha huido a localidades ubicadas en las montañas como Pauk Taw y Myebon. ACNUR estima que alrededor de 6.000 personas están encalladas en barcos o en islotes a lo largo de la costa oeste de Birmania mientras intentan acceder a lugares seguros donde pueden recibir asistencia.

Algunas de las personas afectadas continúan en sus viviendas en condiciones de pobreza y esperanzados con poder reconstruir sus hogares. Hay informes que demuestran que la población está recibiendo amenazas que dicen que quemarán sus casas, lo que ha provocado que muchas personas huyan por miedo a las represalias, según ha informado el organismo.

ACNUR ha pedido a los países vecinos que mantengan sus fronteras abiertas para quienes buscan seguridad y alejarse de los disturbios en el estado de Rajine. "Estamos dispuestos a ayudar a los gobiernos para que hagan frente a esta emergencia humanitaria", ha subrayado Edwards.