MADRID, 11 Nov. (EUROPA PRESS) -
El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) manifestó este miércoles que hay al menos 21.800 ciudadanos de República Democrática del Congo (RDC) se han refugiado en la vecina Congo-Brazaville por los enfrentamientos entre dos etnias, una cifra hecha pública después de la visita de esta organización a los refugiados que permanecen en la frontera entre RDC y República del Congo.
Estos refugiados, la mayoría de la etnia munzaya, comenzaron a llegar a República del Congo el pasado miércoles afirmando que huían del clan enyele, cuyos miembros --según los testimonios de los refugiados-- habían ido por las casas saqueando, violando y matando a la mayoría de civiles munzaya en varias aldeas que ahora están vacías, según explicó el portavoz de ACNUR, Andrej Mahecic, quien detalló que el origen de la violencia está en una disputa sobre los derechos de cultivo de la tierra y la pesca.
"El 70 por ciento de los refugiados son mujeres y niños. Durante este fin de semana, ACNUR ha comenzado a entregar mantas, esteras para dormir, mosquiteras, utensilios de cocina y bidones", afirmó.
Más de 20 de los refugiados han llegado a República de Congo con heridas de bala, según señala el comunicado. "La mayoría de los refugiados ha dejado de cruzar la frontera, mientras llegan informes que indican que el ejército de la RDC ha intervenido por la fuerza en las aldeas para detener los ataques", informó Mahecic.
"A pesar de esta acción por parte del Gobierno, el lunes nuestros colegas en la República del Congo aún podían ver el humo procedente de casas incendiadas al otro lado del río", apuntó el portavoz de la agencia, quien indicó que la mayor parte de refugiados ha manifestado que no están preparados para regresar.
Los primeros enfrentamientos entre las etnias enyele y munzaya tuvieron lugar en marzo de 2009, cuando más de 200 casas fueron incendiadas en poblaciones munzayas y más de 1.200 de sus habitantes tuvieron que huir a la República del Congo para ponerse a salvo, indica ACNUR.
