ACNUR lamenta las restricciones al asilo de los países ricos frente a la "enorme solidaridad" de los pobres

MADRID, 14 Dic. (EUROPA PRESS) -

El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) ha lamentado este viernes el contraste que existe entre las cada vez más restrictivas políticas de asilo de los países desarrollados y la "enorme solidaridad" de los países en vías de desarrollo, que acogen al 80 por ciento de los refugiados "a costa de su seguridad interna". Asimismo, ha informado de que el número de personas de su "competencia" ha pasado de 19 a 34 millones en los últimos seis años, en especial los desplazados internos, que se han triplicado.

"Los países desarrollados tienden a regímenes más estrictos, a unos controles de las fronteras más firmes", ha declarado este viernes la representante de ACNUR en España, Maricela Daniel, durante la presentación en Madrid del informe 'La situación de los refugiados en el mundo', correspondiente al periodo 2006-2011.

Esta tendencia, ha proseguido, contrasta con la "enorme solidaridad" de los países en vías de desarrollo, que "siguen abriendo sus puertas y aceptando refugiados" incluso "a costa de su seguridad interna", como demuestra, a modo de ejemplo, "la situación interna delicada" de países como Jordania y Líbano ante la reciente llegada masiva de refugiados sirios.

Los países en vías de desarrollo suelen enfrentarse a las afluencias masivas de refugiados fundamentalmente por encontrarse muy cerca de las zonas afectadas por crisis naturales o conflictos armados, como ocurre en el caso de Siria, cuyos países vecinos --Jordania, Líbano, Irak y Turquía-- albergan, según explicó Maricela Daniel, "más de medio millón de refugiados" registrados por ACNUR, frente a los 18.000 o 20.000 que han llegado a la Unión Europea.

Estos países en vías de desarrollo, según el informe de ACNUR, tienden a conceder la admisión y protección a los refugiados mediante el procedimiento llamado de 'prima facie' (en grupo), lo cual les garantiza una primera protección más eficaz que la que ofrecen los procedimientos individuales para determinar la condición de refugiado.

En cambio, señala el documento, los países de Europa y América del Norte suelen optar por los procedimientos individuales --aunque también se están extendiendo a otros países menos desarrollados, como Sudáfrica-- y "algunos países más ricos, alejados geográficamente de las zonas de crisis, han aplicado numerosas medidas para disuadir e impedir la llegada de solicitantes de asilo y de refugiados".

En estas condiciones, según Maricela Daniel, "el 80 por ciento de los refugiados del mundo se encuentran en países en vías de desarrollo, como Níger, Burkina Faso, Jordania, Líbano, Irán o Pakistán.

En la actualidad, según la representante de ACNUR, la organización está centrando sus principales esfuerzos en cuatro grandes situaciones de emergencia: Siria, Sudán y Sudán del Sur (más de 180.000 refugiados sudaneses en Sudán del Sur y Etiopía huidos de los conflictos en Abyei, Kordofan del Sur y Nilo Azul), Malí (más de 155.000 refugiados en Níger, Mauritania y Burkina Faso) y República Democrática del Congo (RDC), un país que sufrió solo en 2011 el mayor incremento en el número de refugiados de las últimas décadas, con una estimación de 800.000 nuevos casos.

DESPLAZADOS INTERNOS

En conjunto, a principios de 2011 había en el mundo casi 34 millones de personas en el ámbito de "competencia de ACNUR", entre refugiados, solicitantes de asilo, desplazados internos, retornados y apátridas, una cifra claramente superior a los 19 millones de 2005.

En este mismo periodo, el porcentaje de refugiados ha pasado del 48 al 29 por ciento del total, en beneficio de la cifra de desplazados internos, que se ha triplicado en estos seis años (cinco millones en 2005 y quince millones en 27 países en 2011, una cifra que, según las estimaciones de ACNUR, muy bien podría acercarse a los 30 millones si se tiene en cuenta a los no registrados).

El principal problema de esta tendencia es que, a diferencia de los refugiados, los desplazados "no tienen otra protección que las de sus propios Estados", razón por la cual tanto ACNUR como otros organismos internacionales --la Unión Africana, sobre todo-- están intentando crear "un régimen internacional para la atención de desplazados internos".

Este doble proceso de incremento del número de desplazados internos y de "reducción del espacio humanitario" para los refugiados y solicitantes de asilo se produce en un contexto mundial de cambio de "la naturaleza de los conflictos", según ACNUR.

Cuando se estableció la agencia en 1951, los conflictos armados eran, por lo general, guerras entre Estados "y solían permitir un ámbito limitado para la acción humanitaria hasta que el conflicto finalizaba". En la actualidad, en cambio, los conflictos suelen afectar a distintos grupos étnicos o religiosos, combinando violencia política con delincuencia y enfrentamientos entre comunidades. El resultado es una violencia "indiscriminada" que en ocasiones se dirige de forma deliberada contra ciertos grupos de civiles e incluye la violencia sexual y de género.

"Mientras aparentemente en las guerras actuales mueren menos personas que en los conflictos del pasado, parece que es mayor el número de personas que están expuestas y son vulnerables a la violencia, sobre todo cuando el Estado ofrece poca protección a los ciudadanos", se lee en el informe.

Este nuevo tipo de conflictos, según Maricela Daniel, contribuye además a reducir el espacio humanitario, ya que pone especialmente en peligro el trabajo de los cooperantes internacionales y nacionales que actúan sobre el terreno.

COMPROMISO ESPAÑOL

Durante la presentación del informe, el jefe de la Oficina de Acción Humanitaria de la Agencia Española de Cooperación Internacional y de Desarrollo (AECID), Manuel Sánchez-Montero, ha advertido de la necesidad de actualizar el Derecho Internacional Humanitario a fin de adaptarlo "a la realidad".

Más concretamente, el responsable humanitario de la AECID ha propuesto que se establezca "un marco jurídico de nuevo tipo para las personas desplazadas", cuyo incremento es especialmente notable "en Siria, el Sahel, Afganistán, Sudán, Somalia y, aunque su crisis humanitaria no salga tanto en los medios, Colombia".

Por su parte, la directora general de Régimen Jurídico de la Secretaría de Estado de Inmigración y Emigración, Belén Roel de Lara, ha asegurado que, aunque "todo es mejorable", el sistema español de atención a los solicitantes de asilo es "muy bueno".

En este sentido, ha afirmado que, pese a "los actuales criterios de austeridad en las administraciones públicas", una de las prioridades "indiscutibles" de la ayuda humanitaria" del Gobierno español sigue siendo la ayuda a "las personas en situación especialmente vulnerables, entre las que se encuentran los refugiados".