Actualizado 24/03/2009 15:20

Cáritas-Congo denuncia que las potencias occidentales "saben muy bien" quiénes financian la guerra en la RDC

El director de la organización en RDC asegura que la mayoría de las violaciones de DDHH se cometen "a 200 metros" de las tropas de MONUC


MADRID, 24 Mar. (EUROPA PRESS) -

El director nacional de Cáritas de la República Democrática del Congo (RDC), Bruno Miteyo, denunció hoy que los gobiernos de las principales potencias occidentales "saben muy bien de dónde viene el dinero con que se pagan las armas" que utilizan las distintas milicias que operan en el país africano, en referencia expresa a las multinacionales que, afirmó, se aprovechan del conflicto para hacerse con los recursos naturales. Asimismo, aseguró que la "mayoría" de las violaciones de Derechos Humanos se perpetran, "como mucho, a 200 metros" de donde se encuentran las tropas de la misión de la ONU (MONUC).

"Hace dos años, en este mismo lugar, hablé de cuatro millones de muertos. Ahora hablo de cinco millones y no quiero volver dentro de dos años y decir que hay seis millones de muertos", declaró Miteyo en la sede de Cáritas Española, en Madrid, en un acto organizado para sensibilizar a la opinión pública y a las autoridades sobre la situación de los desplazados de la parte oriental de la RDC.

"En los últimos seis meses se han registrado millón y medio de desplazados en Kivu Norte, que se encuentran en campamentos o en casas de acogida", explicó Miteyo, quien también es vicepresidente de Cáritas para África y el coordinador de emergencias de la organización para todo el continente.

Los desplazados "no quieren vivir de la ayuda humanitaria para siempre, quieren trabajar y ganarse la vida", pero "no pueden ir a sus campos a cultivar por miedo a que los maten o a sufrir agresiones sexuales". Por ello, manifestó, es necesario "garantizar la paz y la seguridad" para que puedan regresar a sus hogares.

Al respecto, Bruno Miteyo denunció "la indiferencia" de las potencias occidentales, con mención expresa a Reino Unido, Francia y España, entre otras. "Esos gobiernos occidentales nos ayudaron a organizar las elecciones, han tenido expertos sobre el terreno, al igual que la ONU, y les llega toda la información, puesto que tienen representaciones diplomáticas muy nutridas en Kinshasa", declaró.

Por tanto, "saben muy bien de dónde viene el dinero con que se pagan las armas" y "saben muy bien cómo se usan los recursos naturales de Congo y quiénes se aprovechan de ellos", aseveró. Al respecto, el director de Cáritas-Congo denunció que "muchas multinacionales van al país para explotar los recursos naturales y venden las armas que se producen en Occidente a los grupos armados, para que se maten entre ellos".

En este sentido, Miteyo afirmó que en los aeropuertos de Kinshasa y Kigali ha visto aterrizar aviones de compañías europeas cargados de armas fabricadas en Europa. "Las armas no salen de cualquier parte para ir a cualquier sitio, las armas no son bombones que se pueden transportar así como así, e incluso los bombones se saben de dónde proceden", declaró. "No puede ser que los países europeos no sepan de dónde salen estas armas".

"NO NKUNDA, NO JOB"

Miteyo se mostró particularmente duro con la Misión de la ONU en la RDC (MONUC), en especial por su incapacidad para impedir los abusos perpetrados el pasado otoño durante los enfrentamientos entre el Ejército y los rebeldes del Congreso Nacional para la Defensa del Pueblo (CNDP), del militar rebelde Laurent Nkunda (actualmente encarcelado en Ruanda tras su caída en desgracia en el seno de su propio movimiento), en la provincia de Kivu Norte.

El director de Cáritas-Congo recordó al respecto que la Conferencia Episcopal de su país escribió recientemente a la Misión --tras reunirse en Kinshasa para analizar las consecuencias de la guerra en Kivu Norte-- para denunciar que "la mayoría de las violaciones de Derechos Humanos sucedieron, como mucho, a 200 metros de donde estaban las tropas" de la MONUC.

Según Miteyo, cuando se entrevistó con algunos miembros de la Misión para preguntarles sobre qué se estaba haciendo para acabar con los abusos del CNDP, éstos le respondieron: "No Nkunda, no job". "Me vinieron a decir: 'si desaparece Nkunda, ¿cómo vamos a trabajar, de qué vamos a vivir?'", comentó.