SANTANDER, 17 Jun. (EUROPA PRESS) -
Ecologistas en Acción ha presentado una denuncia ante la Comisión de Peticiones del Parlamento Europeo relativa a los cierres con alambrada en el interior del Parque Natural Saja-Besaya.
Según dicha organización, la denuncia fue presentada ya en las diferentes Consejerías que tienen competencias en dicho parque: Desarrollo Rural, Ganadería, Pesca y Biodiversidad, y la de Medio Ambiente, así como ante el propio director del Parque Natural a través del Patronato.
El escrito, remitido en nombre de las asociaciones con fines de conservación, no ha tenido "respuesta alguna" de dichos organismos, según señaló EA, que destacó que "más bien al contrario, se están proyectando nuevos cerramientos como el de el Alto de Espinera al pico de Obios".
En el escrito remitido al Parlamento Europeo, Ecologistas en Acción señala que dichos cierres, la mayoría de ellos de alambre de espino, contravienen la directiva Hábitats Europea y en este caso concreto "comprometen" el LIC del río Viaña, que nace en esos altos próximos a Braña Mayor, "paraje de extraordinario valor, hoy partido a la mitad debido a la citada alambrada".
Considera que también existen posibles incompatibilidades con la Ley de Conservación de la Naturaleza de Cantabria en lo referido a las medidas de conservación de la Red Ecológica Natura-2000, o en lo que respecta al artículo que se refiere al deterioro, alteración o destrucción de los hábitats naturales.
DENUNCIA EN ABRIL
En un escrito remitido a finales del pasado mes de abril a la Dirección General de Biodiversidad de la Consejería de Desarrollo Rural, Ganadería, Pesca y Biodiversidad, Ecologistas en Acción, como representante de las asociaciones ecologistas y conservacionistas en el Patronato del Parque Natural Saja-Besaya, ya anunció que presentaría recurso contra el cierre previsto entre el límite del Monte de Viaña con el de Serradores y el término municipal de Los Tojos.
En dicho escrito, la organización conservacionista advertía que dicha actuación "va en contra" de las propias directrices recogidas en el Plan Rector de Uso y Gestión del espacio protegido al compartimentar aún más los hábitats y ecosistemas que existen en su interior, romper la continuidad y el necesario trasiego de la fauna silvestre y suponer un "grave" impacto sobre el paisaje.
Argumentaba además que el coste económico del proyecto supone también "un despilfarro que no se justifica, de ningún modo, por posibles celos o enfrentamientos entre Ayuntamientos, ni siquiera por pretendidos controles sobre los desplazamientos de la ganadería extensiva u otros aprovechamientos que tienen otras fórmulas mucho más respetuosas, baratas y eficaces para lograr esos fines (pastoreo común, cooperación mutua, reforzamiento de la guardería, vigilancia electrónica, etc).
Por último, EA señalaba en su escrito del mes de abril que los montes del Parque Natural "no pueden convertirse en verdaderos corrales ganaderos, surcados por miles de metros de estacado, alambre de espino y malla ganadera, tan perjudiciales para la fauna silvestre y el impacto paisajístico que suponen sobre los abiertos y profundos horizontes de los escenarios naturales de los valles del Saja y del Besaya y la media y la alta montaña cantábricas".
De igual forma, indicaba que la extensión de este tipo de iniciativas a zonas de preparque amenazan también con convertir el monte "en un campo de concentración" al pretender cerrarse en todo su perímetro, incluyendo el límite con Carmona, la collada y la carretera, El Culero y La Vueltona.
Un proyecto --añade-- "también injustificable que va a fragmentar aún más el territorio y perjudicar a la fauna silvestre, degradar el medio natural y volver a derrochar unos recursos económicos" que "bien podrían destinarse a inversiones que favoreciesen realmente a los ganaderos y contribuyesen, a su vez, a sacar de la penuria el presupuesto del que dispone el propio Parque Natural Saja-Besaya para indemnizaciones, subvenciones y programas de infraestructuras, empleo, o rehabilitación del Patrimonio Natural y Cultural".
