Aseguran que al menos 267 especies marinas ingieren restos de plásticos y 130.000 cetáceos quedan atrapados en redes perdidas
BARCELONA, 16 Jul. (EUROPA PRESS) -
La organización ecologista Greenpeace denunció hoy en Barcelona que alrededor de 6,4 millones de toneladas de basura van a parar al mar cada año y, en función de los océanos, entre el 60 y el 80% de los residuos son plásticos.
El responsable de la campaña de Océanos de Greenpeace, Sebastián Losada, y el director de campañas, Mario Rodríguez, presentaron hoy a bordo del Rainbow Warrior el informe 'Contaminación por plásticos en los océanos del mundo', realizado a partir de datos recopilados por científicos de la organización entre 1990 y 2005.
El Rainbow Warrior ya viajó por Valencia e Eivissa para tratar sobre la "sobrepesca" de atún y el deterioro en la costa, respectivamente. Tras su visita a Barcelona, irá a Palamós (Girona) para colaborar con la Cofradía de Pescadores en delimitar una zona que quieren preservar como reserva marina junto a las islas Formigues.
En la jornada de hoy presentaron a nivel mundial el informe sobre la contaminación de plásticos, que viene agravada por su difícil desintegración. Según explicó Losada, han contabilizado 267 especies marinas que ingieren estos restos, sobre todo tortugas, focas, leones marinos, ballenas y aves marinas.
La ingesta de plásticos que los animales confunden con comida produce obstrucción en el aparato digestivo, sobre todo en las tortugas, y según los datos de Greenpeace, más de la mitad de las tortugas analizadas habían comido plástico.
Otro de los problemas añadidos de los restos de plásticos es el enmallamiento de especies que quedan atrapadas en aparatos de pesca, lo que puede provocar ahogo, asfixia o estrangulamiento. Esto ocurre sobre todo en redes perdidas de zonas donde existe actividad pesquera.
Los mismos datos indican que cada año alrededor de 130.000 pequeños cetáceos, como ballenas, delfines y marsopas, quedan atrapados entre las redes de pescadores, si bien la cifra podría ser más elevada debido a la falta de información de este tipo en numerosas costas africanas y de otros lugares.
Junto con la ingesta y el enmallamiento, la aparición de especies no autóctonas es el tercer gran problema de los plásticos en el mar y del tráfico de buques.
EL MEDITERRÁNEO, CON EL FONDO MARINO MÁS SUCIO.
Las mayores concentraciones de plásticos en el mar se dan en las rutas de navegación, en las zonas pesqueras y en las costas urbanizadas, industriales y recreativas, según resaltó Rodríguez. De los 6,4 millones de toneladas de basura anuales que van a parar al mar, el 70% permanece en el fondo marino, el 15% está en suspensión y sólo percibimos un 15% en las zonas costeras. Además, del total de basuras, casi el 90% son plásticos.
El Mar Mediterráneo Noroccidental, con España, Francia e Italia, es la zona del planeta con mayor cantidad de basura en sus fondos, con 1.935 unidades por kilómetro cuadrado. Le siguen el Caribe, las costas de Indonesia, el Mar Celta en Irlanda, el Mar del Norte, el Golfo de León y el Golfo de Vizcaya por la gran acumulación de basuras en sus fondos marinos.
En cuanto a la basura flotante, el Mediterráneo ocupa el sexto lugar, precedido por las costas de Indonesia, el Canal de la Mancha, las costas de Chile, el Atlántico Norte y el Pacífico Noroeste.
PROPUESTAS.
Para solucionar el problema de las basuras en el mar, Greenpeace apostó por llevar a cabo acuerdos mundiales como el Convenio Internacional para Prevenir la Contaminación del Mar por Buques (Convenio Marpol), que en 1998 introdujo un anexo para prohibir los vertidos de la mayor parte de la basura y de todos los materiales de plástico de los buques al mar. Un total de 122 países se han acogido a este convenio y la petición de Greenpeace es "que se cumpla la ley".
La organización ecologista también consideró necesario llevar a cabo una mayor limpieza de las costas, mejorar los sistemas de depuración y gestión de los residuos, impulsar estrategias que culminen en la eliminación de plásticos y aumentar las políticas de sensibilización ciudadana.
