MADRID, 11 Abr. (EUROPA PRESS) -
Manos Unidas condena y lamenta el conflicto en Costa de Marfil que ha provocado centenares de muertos y más de un millón de refugiados y muestra "temor" ante los acontecimientos que, según indica, "no parecen tener visos de terminar próximamente" y que han causado "un daño ya irreparable".
Ante esta situación, la organización destaca la labor de los misioneros que, "a pesar del clima de violencia, que casi podría considerarse de guerra civil", no desean salir del país. "Ninguno ha pensado en abandonar Costa de Marfil. No se nos pasa por la cabeza", asegura una religiosa, dominica de la anunciata.
Según indica la ONG, los religiosos de las numerosas órdenes que trabajan en el país africano responden "quedándose con los que más lo necesitan", acogiendo a refugiados a los que apenas pueden atender y aunque, según apunta, no tiene noticias de que hayan sufrido ataques o amenazas, afirma que "están pasando miedo".
Manos Unidas recuerda que Costa de Marfil es un país sumido en la pobreza a pesar de sus enormes riquezas naturales, "o quizá debido a ello". "Muy lejos queda la bonanza económica --basada en las exportaciones de cacao y café-- de los primeros años posteriores a su independencia. La crisis de los mercados de los años ochenta llevó a esa floreciente economía a una situación de la que no ha podido sobreponerse", explica la ONG, al tiempo que indica que "demasiado cerca está la guerra civil que, durante cinco años, dividió al país en dos mitades enfrentadas y que, a pesar de los acuerdos de paz de 2007, no consiguió terminar con las rivalidades, que se mantuvieron siempre latentes".
Manos Unidas trabaja desde hace años con los misioneros y socios locales en Costa de Marfil, una colaboración que fue interrumpida durante la guerra por "la imposibilidad de colaborar con garantías en el país", según señala la organización. Tras los acuerdos de paz, reanudó la colaboración, dando prioridad a los sectores educativo y sanitario, sobre todo en las zonas "más castigadas por el conflicto y más marginadas por el gobierno": el Norte y el Noroeste del país.