Actualizado 10/06/2014 17:10

Oceana y WWF valoran la "firmeza" de la UE contra la pesca ilegal

Pesca, barcos de pesca,
Foto: EUROPA PRESS

MADRID, (EUROPA PRESS)

   Las organizaciones Oceana Europa y WWF han valorado la "firmeza" de la Unión Europea en la lucha contra la pesca ilegal después de que este martes hayan incluido a Filipinas y Papúa-Nueva Guinea en la lista de países que no actúan en contra de la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (INDNR, por sus siglas en inglés).

   Así, estos países tendrán que demostrar que adoptan medidas adecuadas para atajar esta pesca ya que si las carencias detectadas no se resuelven podrían enfrentarse a la prohibición de exportar pescado y derivados a los mercados de la Unión Europea.

   En este sentido, el director ejecutivo de Oceana Europa, Xavier Pastor, ha destacado que la Comisión Europea ha confirmado hoy su firme decisión de combatir la pesca INDNR, enviando un potente mensaje de que sus acciones anteriores no eran actos aislados sino parte de una política a largo plazo.

   "Ahora, depende de los gobiernos filipino y papú que mejoren radicalmente y adopten una postura decidida en contra de las actividades INDNR en sus aguas o realizadas por su flota. Acabar con esta actividad ilegal mejorará el modo de vida de los pescadores locales y hará aumentar los stocks pesqueros", ha manifestado.

   La UE cerró sus mercados al pescado y derivados procedentes de Belice, Camboya y Guinea. Estos países entraron en la "lista roja" como no cooperantes tras pasar un tiempo en la lista de países con tarjeta amarilla. Filipinas y Papúa-Nueva Guinea se unirán a otros ocho países con tarjeta amarilla y que ahora están "a prueba": Corea, Ghana y Curasao (incorporados en noviembre de 2013), y Fiyi, Sri Lanka, Togo, Panamá y Vanuatu (en noviembre de 2012).

   Por su parte, la organización WWF ha aplaudido también la "advertencia" de la CE a Filipinas y Papúa Nueva Guinea, a las que reclama que "aborden con urgencia" el incumplimiento de las prácticas de trazabilidad en productos pesqueros, medidas de control y los requisitos del marco de gestión para combatir la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada después de repetidas peticiones de que lo cumplan a lo largo de estos años.

   "Tiene que haber consecuencias para aquellos que continuamente evitan las reglas del juego. La tarjeta amarilla, como en el fútbol, ofrece una última oportunidad para desarrollar un juego limpio y no ser expulsado de la cancha", ha declarado el coordinador de Pesquerías de WWF, Raúl García.

ESFUERZOS CONJUNTOS

   Sin embargo, WWF ha recordado a la UE que, "como líder en el mercado de productos del mar" tiene que demostrar un "mayor compromiso" junto con actores clave como Estados Unidos y Japón. "La eliminación de los miles de millones de euros de negocio que supone la pesca ilegal en todo el mundo necesita un esfuerzo concertado y global. Los principales mercados de productos pesqueros, como la UE, Estados Unidos y Japón, deben establecer barreras de igual contundencia para mantener el pescado capturado ilegalmente fuera de sus circuitos y, por lo tanto, de manera conjunta desalentar estas actividades en todo el mundo", ha añadido.

   Estados Unidos y Japón acordaron esfuerzos comunes con la UE para combatir la pesca ilegal en septiembre de 2011 y julio de 2012 respectivamente, pero no se han puesto en marcha acciones concretas en estos estados clave para el mercado.

   En este sentido, la ONG solicita a Estados Unidos, Japón y a otros gobiernos que inicien negociaciones sobre un plan de acción para combatir conjuntamente el comercio de productos de pesca ilegal en la Conferencia de los océanos del Departamento de Estado del país norteamericano, que se celebrará en Washington DC la próxima semana, del 16 y 17 de junio.

   Las actividades INDNR cuestan entre 7.000 y 1.700 millones de euros al año y representan entre 11 y 26 millones de toneladas de capturas en todo el mundo. En 2010, entró en vigor el Reglamento del Consejo 1005/2008, que aborda el problema de la pesca INDNR en el mundo, y que permite a la UE adoptar medidas pioneras, como cerrar las fronteras comunitarias a pescado y derivados provenientes de países no cooperantes en la lucha internacional contra la pesca INDNR mediante un sistema de tarjetas amarillas y rojas.