NUEVA YORK, 10 May. (Reuters/EP) -
La represión por parte del régimen sirio de las manifestaciones democráticas ha provocado que muchos países aumenten la presión para evitar que Siria pase a formar parte del Consejo de Derechos Humanos, a lo que aspira junto a India, Indonesia y Filipinas.
Los representantes de las delegaciones occidentales han apuntado que, pese al respaldo recibido por el grupo de países asiáticos miembros y la Liga Árabe, no sería coherente admitir a Siria en el órgano, justo en el momento en el que afronta numerosas acusaciones por violaciones de los Derechos Humanos.
"Ciertamente, no es el momento para que Siria se convierta en un miembro del Consejo de Derechos Humanos", ha dicho el embajador francés, Gerard Araud, en declaraciones a la prensa.
Aunque aparentemente ni los países asiáticos ni la Liga Árabe han variado su posición, parece que varias delegaciones árabes, asiáticas y occidentales han instado a Siria a retirar su candidatura. No obstante, el embajador sirio, Bashar Jafari, ha reiterado la intención de su país de acceder al Consejo.
Estados Unidos y sus aliados europeos han mantenido contactos con varios países árabes y asiáticos para crear un frente común contra Siria, algo a lo que no parecen reacios, aunque prefieren no hacerlo público, entre otros motivos, por el miedo a perder un asiento representativo de su región en el Consejo.
En este contexto, diplomáticos de Naciones Unidas temen que Estados Unidos y Europa boicoteen el órgano, en el caso de que Siria consiga la membresía. "Si Siria sale elegido en el Consejo, las cosas se complicarán. Espero que se dé cuenta de que no es el momento y lo posponga uno o dos años", ha apuntado un funcionario.
Por su parte, la ONG estadounidense Human Rights Watch (HRW) ha urgido a la Asamblea General de Naciones Unidas a rechazar la candidatura siria, al considerar que es una "afrenta a los afectados por la brutal represión y a los defensores de los Derechos Humanos en todo el mundo".