BARCELONA 23 Dic. (EUROPA PRESS) -
El Tribunal Supremo no ha admitido el recurso interpuesto por la defensa de los dos jóvenes condenados a 17 años de prisión por apalear y quemar viva a una indigente, María Rosario E.P., en un cajero de Barcelona en 2005.
En el auto de inadmisión el Supremo asegura que "es evidente" que los acusados crearon "un riesgo exacerbado" de que se produjera el resultado letal de la víctima y que eran conscientes de que en el bidón que utilizaron había bastante gasolina. Considera pues que no existen indicios pata apreciar un delito de imprudencia.
Además, destaca que los dos acusados actuaron en "concierto" y desestima la alegación de uno de los ellos, Oriol P.S. --que asegura que no tuvo participación en los hechos finales--, porque considera que su participación fue "activa e indiscutida" y que no fue "un simple observador ajeno" ya que contribuyó a crear una situación de grave riesgo.
El supremo asegura que la situación de la mujer era de "vulnerabilidad o de indefensión" y que los acusados la aprovecharon para lograr su propósito, por lo que existe alevosía.
La Audiencia de Barcelona condenó en noviembre de 2008 a los dos jóvenes, Ricard P.B. y Oriol P.S., por un delito de asesinato con alevosía y otro de daños. Además, solicitó una indemnización de 46.000 euros para la familia de la víctima y de 46.000 euros para La Caixa de 27.719 euros por los desperfectos ocasionados.
La Audiencia consideró que el fuego, especialmente cuando se utiliza con acelerantes, "es un medio esencialmente alevoso" porque denota "de manera inequívoca" la intención de asegurar el delito anulando las posibilidades de defensa de la víctima.
Según quedó probado en el juicio, y tal y como se pudo ver en el vídeo de seguridad del cajero, la agresión se inició entre las 1.38 y las 1.44 horas del 16 de diciembre de 2005, cuando Ricard P.B. y Oriol P.S. lanzaron varios objetos, como una naranja y una botella de plástico, a María Rosario E.P., que se había refugiado en un cajero de la calle Guillem Tell para pasar la noche.
Tras un breve forcejeo, la mujer logró cerrar el pestillo, pero volvieron más tarde acompañados del menor J.J.M.R. --ya condenado a ocho años de internamiento--, y "urdieron una trampa" para lograr que les abriera la puerta. El joven, al que la víctima no conocía, le pidió que le abriera para extraer dinero y María Rosario E.P. accedió.
Los jóvenes entraron con "objetos contundentes" como tubos de cartón rígido y duros que encontraron en un saco de escombros cercano, y golpearon a la mujer "repartiéndose entre sí los alternativos papeles agresores" hasta que salieron instantes más tarde.
Sobre las 4.10 horas, los tres regresaron con un bidón --en el que había "como mínimo" cinco litros de disolvente--, que cogieron del andamio que cubría el inmueble, que estaba siendo restaurado, y que olieron "para confirmar la certeza de la clase de sustancia de que se trataba".
Ricard P.B. entró fumando en el cajero junto al menor J.J.M.R., quien portaba el bidón, y Oriol P.S. se quedó fuera sujetando la puerta abierta, garantizando así la inmediata huida. Mientras, J.J.M.R. empezó a verter a escasa distancia parte del líquido, pero, como la garrafa pesaba, "se le venció" y se derramó "su contenido casi por completo". Ricard P.B. esperó a tirar la colilla hasta que el menor llegó a la puerta.