MADRID, 14 Sep. (EUROPA PRESS) -
El ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación, Miguel Ángel Moratinos, afirmó hoy, durante la entrega del I Premio Nacional de Educación para el Desarrollo Vicente Ferrer, que es injustificable que se puedan movilizar recursos para la crisis y no para el 0,7 por ciento de ayuda al desarrollo, y señaló que esto es algo obligatorio en los países que tienen la capacidad y la responsabilidad de movilizar los recursos financieros.
"Muchos analistas dicen que es una utopía, señalan que cómo se va a lograr que este porcentaje se convierta en algo obligatorio. Sencillamente, a través de decisiones políticas, y no se puede justificar ni un minuto más que se puedan movilizar recursos financieros para salir de la crisis económica y que no se puedan movilizar estos recursos para dar una esperanza de dignidad y de vida a tantos seres humanos", indicó.
Por ello, afirmó que el Gobierno español está comprometido a liderar esta lucha dentro de los países de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) para movilizar estos recursos.
En referencia a la próxima presidencia europea que ocupará España a partir del 1 de enero de 2010, Moratinos aseguró que "durante nuestra presidencia, queremos que la cooperación al desarrollo sea una de las prioridades de la agenda". "Nunca, hasta ahora, en más de 50 años, durante las reuniones de jefes de Estado y de Gobierno, estos han discutido, debatido ni decidido sobre las políticas de cooperación al desarrollo", lamentó.
"Ha llegado el momento de que los principales responsables políticos de los 27 países de la UE debatan y se comprometan en la mesa del Consejo europeo a decidir un impulso nuevo y mucho más comprometido en favor de la cooperación al desarrollo", manifestó el ministro de Cooperación.
Moratinos también destacó la "generosidad y solidaridad de la sociedad española", señalando que, durante 2008, seis de cada diez españoles dieron algún tipo de ayuda económica a organizaciones humanitarias. Moratinos también afirmó que el premio simboliza lo fundamental, "saber educar a las futuras generaciones en valores y principios".
Por su parte, el ministro de Educación, Ángel Gabilondo, destacó durante la entrega de este premio que "la educación es la mejor política social (...), puesto que ninguna otra política tiene su capacidad transformadora".
El I Premio Nacional Vicente Ferrer se ha concedido a los representantes de los 15 centros educativos premiados por las experiencias educativas realizadas durante los sucesivos cursos académicos para sensibilizar y fomentar la participación activa del alumnado en la consecución de una ciudadanía global, entre otros objetivos, y fue entregado también por la secretaria de Estado de Cooperación Internacional, Soraya Rodríguez, la directora de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), Elena Madrazo y Moncho Ferrer, hijo del cooperante Vicente Ferrer.
El ministro de Educación también subrayó que los proyectos premiados son "proyectos destinados a construir un mundo más abierto, más solidario y más sensible, en definitiva, un mundo mejor, y para reconocer el trabajo necesario para que esto sea posible". "Pero esto se sostiene sobre una hipótesis, y la hipótesis es que en el mundo hay mucha miseria, mucho dolor y mucho sufrimiento. Si esto no fuera así, éste sería un acto social de opulenta entidad burguesa que se reúne para congraciarse entre sí", añadió.
LA MEJOR POLÍTICA SOCIAL
"La cultura y la educación enfrentan y afrontan la injusticia del mundo, es indispensable el profesorado, que se mantienen en una vocación no muy reconocida", indicó Gabilondo. "Educar es más que transmitir conocimientos, educar es formar a personas para la libertad, para la ciudadanía. Es indispensable educar en valores, pero tenemos que decir que educar en valores no es adoctrinar, es liberar", continuó. "Por eso, una educación de calidad no debe ser sólo extraordinaria en conocimientos sino también en valores, que dé como resultado unos ciudadanos conscientes de sus deberes y de sus derechos, comprometidos con los derechos constitucionales", afirmó Gabilondo.
"La educación es la mejor política social (...), no creo que nadie dude de que el futuro de nuestro país y del mundo en general se juega en las escuelas, y no es casualidad que en los momentos difíciles, en circunstancias difíciles, muchos países vuelvan sus ojos a la institución como primera política social", subrayó el ministro de Educación.
"Hoy todos somos conscientes de que ninguna otra política tiene tal capacidad transformadora como la política educativa (...), sin dejar de pensar que esto es una tarea de la sociedad", concluyó.