Actualizado 25/04/2016 18:38

ONG piden el cierre de las nucleares para evitar más accidentes y víctimas como Chérnobil

Edificios abandonados en Pripyat, la ciudad más cercana a Chernóbil (Ucrania)
DENIS SINYAKOV/GREENPEACE

   MADRID, 25 Abr. (EUROPA PRESS) -

   Las organizaciones ecologistas han vuelto a pedir el cierre de las centrales nucleares españolas con motivo del 30 aniversario del accidente en la planta ucraniana de Chernóbil para evitar "más víctimas" como las "incontables" que se han producido en este accidente nuclear.

   Así, el portavoz de energía nuclear de Ecologistas en Acción, Francisco Castejón, ha explicado a Europa Press que el accidente en Chernóbil, el 26 de abril de 1986, puso de manifiesto el riesgo de la energía nuclear porque mostró unos efectos que la gente no esperaba e incluso, recuerda que cuando se supo que la nube radiactiva había viajado kilómetros, "en el Consejo de Seguridad Nuclear no terminaban de creerlo".

   Así, ha advertido de que los efectos de la tragedia "aún son imperecederos, igual que el área de exclusión, que se mantendrá "para siempre".

   Además, ha lamentado que todavía es "imposible" contar con una estadística de víctimas real pues va desde 26.000 a 200.000 víctimas. Por ello, Castejón cree que "estaría bien hacer una investigación independiente sobre las víctimas".

   Por otro lado, ha subrayado el elevado coste de la energía nuclear y de las medidas para paliar los accidentes, como por ejemplo el sarcófago de Chernóbil, que debía haber estado listo en 2010 y que desde 2003 tiene desprendimientos, pero además de haberse terminado con un retraso de cuatro años, el coste final ha sido de más de un 50 por ciento por ciento por encima de lo esperado, de 1.500 euros a 2.400 millones.

   Castejón ha defendido la postura de Ecologistas en Acción de ir cerrando las centrales nucleares según vayan cumpliendo 40 años, especialmente en España, donde es "fácil por la sobre potencia instalada".

   En su opinión, también Francia "debería empezar ya a caminar en ese sentido" y cumplir las promesas del Gobierno que anunció una reducción paulatina de la aportación nuclear al mix energético pero "tampoco lo ha hecho". Castejón reconoce que en Francia y en otros países la transición "no es tan fácil" como en España pero se deben ir dando pasos.

   Por su parte, la responsable de la campaña antinuclear de Greenpeace, Raquel Montón, se ha centrado en denunciar el abandono de las víctimas del accidente y de las personas que viven allí y advierte de que "a día de hoy las cosas están casi peor que entonces".

   Montón ha agregado a Europa Press que el problema "no se ha solucionado y está lejos de encontrarse una solución definitiva", ya que de momento no hay un plan de desmantelamiento para el reactor. Así, ha precisado que el sarcófago construido para taparlo y detener la salida de radiactividad al exterior está pensado para los próximos 100 años y ha añadido que a partir de 2017 el mantenimiento de la situación dependerá exclusivamente de Ucrania.

   "La contaminación continúa allí, hay cantidad de incendios que reavivan y recontaminan la zona", ha denunciado.

   Montón ha recordado que Grenpeace publicó en 2006 un informe elaborado por más de 70 científicos que cifraba las víctimas en 200.000 y añadía que en los siguientes 30 años se sumarían otras 93.000.

   "Eso es lo más cercano", ha lamentado, al tiempo que ha advertido de que se seguirán produciendo víctimas pero muchas de ellas, no se atribuirán al accidente de Chernóbil, porque hay una "falta de información flagrante".

   En concreto, se ha referido además de a los muertos y víctimas directas a la alta incidencia de cáncer, a la menor natalidad y mayor mortalidad, la elevada cifra de problemas cardiovasculares o a los niños que nacen con sus sistemas inmunes muy debilitados.

   Tres décadas después de la catástrofe, la víctima del accidente Svitlana Shmagailo ha pedido junto a la ONG a las empresas eléctricas de España, donde se encuentra de visita, que miren a los ojos de las víctimas y menos a sus cuentas de resultados porque no quiere que los niños españoles "sufran tanto" como los de Chernóbil.

   Shmagailo, una maestra de 42 años que vive en una aldea cercana al reactor accidentado, está dando a conocer la situación de las víctimas y pide el cierre de las centrales nucleares.

   La mujer contará este miércoles en el Congreso de los Diputados como la contaminación está "en cada cosa que comen o beben", en la madera que usan para la construcción o para calentarse. Greenpeace recuerda que en la actualidad, más de cinco millones de personas viven en áreas consideradas oficialmente contaminadas, y un millón vive en asentamientos donde se exceden las dosis de 1 mSv por año.

   Por ello, las ONG insisten en que tres décadas después el reactor aún sigue siendo un peligro y que la solución real es "improbable".