"Sin ellas, la sostenibilidad no será posible". Por Laura Fernández Lord de Fundación Microfinanzas BBVA

   Un año más se conmemora el Día Internacional de la Mujer que, además coincide con el evento más importante de igualdad de género de las Naciones Unidas, en el que se debate sobre los retos que aún afrontan miles de millones de mujeres y, en especial, la brecha en digitalización. Los datos muestran que a nivel mundial el 37% de las mujeres no usa internet, lo que reduce sus oportunidades a la hora de educarse, trabajar o acceder a servicios públicos, siendo la incidencia mayor para aquellas de bajos ingresos, de edad avanzada y otros grupos vulnerables, como las rurales, indígenas o afrodescendientes.

   Según el Foro Económico Mundial, alcanzaremos la paridad en 132 años (en el año 2.155) lo que supone un retraso de 32 años respecto al dato de 2020. Esta desigualdad supone, además, que las mujeres no puedan aportar 160 billones dólares al crecimiento económico mundial, señala el Banco Mundial. Un coste de oportunidad que no podemos seguir desaprovechando.

   En la Fundación Microfinanzas BBVA, una entidad sin ánimo de lucro creada hace 15 años con el fin de promover el desarrollo sostenible de emprendedores en situación de vulnerabilidad en América Latina, hemos comprobado cómo las mujeres son un motor imparable para el progreso de sus familias y para la lucha contra la pobreza. Ellas son el 60% de los casi 3 millones de personas que atendemos en cinco países. Enfrentan importantes brechas de desigualdad, que se han visto acrecentadas tras la pandemia, en cuanto a niveles de empleo, pobreza, ingresos, acceso a servicios financieros y a tecnología, protección social u horas dedicadas a tareas domésticas y de cuidado. Aún así, nuestros datos muestran que son capaces de abandonar sus niveles de pobreza a tasas superiores que los hombres. El 65% del total de los emprendedores que hemos atendido son mujeres. Ellas superan el nivel de pobreza en mayor medida que los hombres, lo hacen 7 de cada 10. Además, ellas invierten más en el bienestar de sus familias, con más educación, salud y nutrición. El 55% de ellas están solas con dependientes a cargo, por lo que son las únicas proveedoras de su hogar, lo que genera más carga de cuidados y trabajo doméstico no remunerado, afectando al tiempo que destinan a sus negocios.

   En América Latina, sólo una de cada dos mujeres está empleada formalmente (frente a 3 de cada 4 hombres). El resto o bien carece de ingresos propios (depende de un tercero) o bien emprende en la informalidad. La mayoría se autoemplean en sectores de baja productividad como el comercio minorista, servicios de belleza o restauración, que se han visto fuertemente golpeados por la pandemia. Necesitan servicios financieros que les ayuden a crecer y ser más resilientes en momentos de crisis. Si bien es cierto que la inclusión financiera de las mujeres en la región ha subido en los últimos años hasta casi el 70% gracias a la digitalización y las ayudas sociales de muchos gobiernos durante la pandemia, las brechas de género se han ampliado hasta los 8 puntos porcentuales.

   Lograr que sus negocios sean más productivos e incorporen la tecnología es un reto en el que necesitamos seguir avanzando. Por eso, desde la Fundación impulsamos una estrategia de empoderamiento económico de la mujer basada en 3 pilares: oferta de valor específica, mejora de la equidad interna y participación en los principales foros a nivel internacional, regional y nacional. Para diseñar nuestra estrategia y desagregamos nuestros indicadores de desempeño por género para conocer el perfil y las necesidades de las emprendedoras que atendemos.

   Gracias a los datos obtenidos, podemos diseñar productos dirigidos hacia su bienestar y el de sus familias (la razón de ser de sus emprendimientos) con microseguros oncológicos con coberturas por cáncer de mama o cuello uterino, seguro de maternidad protegida (brinda apoyo económico durante el periodo de lactancia) o aquellos con coberturas sanitarias específicas (mamografías, controles de salud, consultas psicológicas y legales, asesoramiento pediátrico y geriátrico) con un coste de entre 1 y 3 dólares mensuales.

   Además de otros productos específicos para sus negocios, como aquellos para las mujeres rurales que no solicitan la titularidad de la tierra, créditos grupales (con aval solidario) para las mujeres más vulnerables o créditos que acompañamos de programas de educación financiera con enfoque de género o liderazgo. También establecemos alianzas con empresas de sus sectores de actividad económica (tenderas, belleza o venta por catálogo) que les brindan descuentos y formación. Y seguimos avanzando en el desarrollo de productos y servicios financieros para refugiadas, migrantes, indígenas o mujeres víctimas de violencia de género que encuentran barreras adicionales por su condición.

   Por último, es fundamental promover la digitalización de sus pequeños negocios. 89 millones de mujeres en América Latina no están conectadas a internet (4 de cada 10). A menudo porque no pueden permitirse la conexión, otras veces por problemas de conectividad o porque carecen de las habilidades digitales básicas, lo que les genera falta de confianza y aversión al uso de las tecnologías. Por eso, las formamos en habilidades digitales y en marketing online, y les brindamos acceso a internet en las zonas más remotas con más de 70 antenas de internet satelital que les acercan los servicios financieros y nuevas oportunidades de negocio. Nuestro objetivo es acercarles un ecosistema digital donde tengan al alcance de su mano portales de formación online gratuitos y de libre acceso, herramientas para crear vitrinas digitales para vender online y construir redes de networking y apoyo entre ellas. Y, a su vez, acercarles soluciones tecnológicas (app de banca móvil, firma digital, biometría,onboarding digital) que les permitan contratar productos, realizar operaciones o consultar sus saldos de forma más rápida y eficiente y, sobre todo, sin tener que desplazarse hasta la sucursal y desatender su hogar o negocio.

   Nuestro compromiso es llegar a más de 4,5 millones de emprendedores (la mayoría mujeres) y destinar más de 7.000 millones de euros hasta 2025. Y seguiremos apostando por las emprendedoras y por la digitalización como piedras angulares de un desarrollo sostenible e inclusivo que no deje a nadie atrás. Sin ellas, la sostenibilidad no será posible.

   Laura Fernández Lord es responsable de Mujer y Sostenibilidad de Fundación Microfinanzas BBVA