SANTANDER, 1 Mar. (EUROPA PRESS) -
"La Responsabilidad Social Corporativa (RSC) no es para que nos quieran más, sino para tener una ventaja competitiva". Así lo ha afirmado Max Gosch, socio director de UHY Fay & Co y uno de los mayores expertos en buen gobierno y sostenibilidad de las empresas, que ha impartido recientemente en Santander una conferencia organizada por CEMIDE y CEOE-CEPYME. En su opinión, la RSC es "básica" para la internacionalización.
Gosch dio cuenta de cómo él mismo ha recorrido el camino entre el escepticismo y la apuesta por la RSC, que ha pasado en el ámbito empresarial y financiero de ser algo en apariencia accesorio a convertirse en un elemento vital para cualquier empresa que quiera competir, en especial en el campo internacional, en donde se mira con lupa, a la hora de entablar relaciones, qué prácticas y códigos aplica una empresa tanto de puertas adentro como en el exterior.
"Un Plan de Responsabilidad Social es básico para la internacionalización. Es un modelo de gestión a largo plazo que se ha de incardinar en todos los proyectos", agregó.
El resultado, a su entender, ha de ser "la espiral virtuosa de la competitividad" que, a partir de tres campos de actuación (económico, social y medioambiental), solo puede ser producto del buen gobierno de una empresa, algo que ha de tomarse sí o sí. "Si no somos sostenibles, el mercado nos va a echar", añadió.
En este contexto, Gosch, quien compareció acompañado de Andrea Duque, responsable de RSC en UHY Fay & Co, mostró su preocupación por el "peligro" que actualmente entraña el marco normativo que regula la responsabilidad penal y social de las empresas.
La directiva europea y su trasposición a la legislación española, así como lo reflejado en el Código Penal, lleva a que el administrador o directivo de una sociedad sea responsable penalmente de las contingencias que puedan ocurrir en su empresa, con "un elevado grado de ambigüedad e inseguridad jurídica" que Gosch espera vaya a clarificarse con el tiempo.
"El cerco se estrecha y el marco normativo es cada vez más exigente. Cada día la responsabilidad es más fuerte. Un administrador ha de soportar la prueba de carga y no podrá acogerse a la presunción de inocencia. Será él quien tenga que demostrar que no hubo dolo o culpa", explicó.
Gosch hizo un llamamiento a la implantación de buenos manuales de prevención de riesgos penales ad hoc por cuanto en un futuro un administrador o directivo puede acabar rindiendo cuentas penalmente.
El establecimiento, por ejemplo, de medidas adecuadas para la gestión y control interno de la empresa, con una vigilancia efectiva del devenir de la misma, no solo permite prevenir que se tenga que responder con bienes y privación de libertad, sino que su preexistencia sea un elemento a valorar positivamente por los jueces a la hora de examinar cualquier caso, señaló.
El administrador deberá cumplir los deberes de control, incluso de los proveedores externos, no solo de su personal, habida cuenta de que "responderá personalmente, da igual el grado de participación". En su opinión, el artículo 31 del Código Penal, relativo a la responsabilidad penal de las personas jurídicas, "es una aberración. Esperamos que los tribunales lo dulcifiquen", dijo.
Asimismo, Gosch recomendó ser extremadamente escrupulosos con la protección de datos y dotarse de herramientas de buen gobierno: transparencia, códigos de conducta, incluido para el Consejo de Administración, y prevención del fraude y ciberataques, por ejemplo, ha informado CEMIDE en nota de prensa.