BILBAO, 7 Jul. (EUROPA PRESS) -
El coordinador general de Ezker Anitza-IU, Mikel Arana, ha advertido de que "el cese de las acciones terroristas, la destrucción de los arsenales de ETA y su definitiva desaparición por sí mismos no harán desaparecer las consecuencias de más de 50 años de actividad violenta, por muchos que algunos se empeñen", sino que será necesario abordar temas como "las víctimas de la actuación violenta, el futuro de los militantes de la organización y los pasos a dar para garantizar una convivencia basada en el respeto y la aceptación mutua".
Arana, ha presentado este sábado en Bilbao, en el marco de las jornadas de reflexión sobre pacificación que está realizando la F.I.M. Euskadi, la propuestas de su formación en relación a la pacificación y normalización política "que, para algunos, está prácticamente alcanzada, pero que nosotros vemos con preocupación que se está dando un proceso de bloqueo desde el anuncio de ETA del cese definitivo de la violencia".
Para el dirigente de Ezker Anitza, es necesario "huir de la terminología de vencedores y vencidos" porque "es más que evidente que la democracia, entendida esta como la inmensa mayoría de la ciudadanía vasca, se ha impuesto, o vencido, a la violencia de ETA y, por lo tanto, no hay necesidad de señalar quién es el vencedor y quien es el vencido".
No obstante, ha señalado que "tampoco podemos olvidar las consecuencias que esa violencia ha tenido en la historia reciente de Euskadi, tanto en la convivencia como de manera muy particular en lo que a las víctimas se refiere".
Respecto a las víctimas, "las distintas violencias injustas sufridas en Euskadi", Arana ha dicho que "resulta exigible, siguiendo la doctrina de Naciones Unidas, verdad, reparación y justicia".
Tras reconocer que las instituciones vascas "han dado pasos de gigante la última década en la búsqueda de lograr esos tres objetivos", el dirigente de izquierda ha afirmado que "queda todavía mucho camino por hacer" porque, a su juicio, "una convivencia futura requiere del reconocimiento de la injusticia de los hechos, del daño causado y de la dignidad de las víctimas, todas ellas merecedoras del derecho a la verdad, reparación y justicia".
En ese sentido, Arana ha defendido un reconocimiento que "debe de venir por parte de quienes la causaron, alentaron, justificaron o miraron hacía otro lado".
Por ello, en primer lugar, ha indicado que Ezker Anitza-IU exige que ETA "reconozca todo el dolor que ha generado a la sociedad vasca y, al mismo tiempo, desde un punto de vista ético, resulta necesario también que la izquierda abertzale haga extensible a las víctimas de ETA el mismo reconocimiento que históricamente ha dado a las víctimas de vulneraciones de derechos humanos dentro de sus propias filas".
"Igualmente aplicable es este criterio para las autoridades españolas, en lo que se ha dado en llamar víctimas de tratamientos injustos, de motivación política o, lo que es lo mismo, víctimas de violencia policial", ha aseverado.
PRESOS DE ETA
Además de las víctimas de la violencia, Arana cree necesario abordar también la situación de los presos de ETA. En este sentido, ha considerado que la opción de la amnistía general sería "injusta para con las víctimas, además de difícilmente comprensible para la inmensa mayoría de la ciudadanía vasca".
Ezker Anitza-IU propone, de cara al tratamiento de los presos de ETA, "la aplicación del régimen penitenciario sin tratamientos excepcionales, aplicando el acercamiento a sus lugares de origen, la libertad tras las tres cuartas parte de condena, la libertad por motivos de salud, la eliminación de la 'doctrina Parot' e, incluso, de manera excepcional, una política de indultos individualizados".
En cuanto al final de ETA en lo que a la parte armada corresponde, debería ir acompañada, según Arana, "por una actitud proactiva del Gobierno español, que debería acometer las reformas legales correspondientes para eliminar de nuestro ordenamiento jurídico todas las excepcionalidades aplicadas a la izquierda abertzale y a los presos de ETA, derogando la ley de Partidos y la legislación antiterrorista que nunca debió promulgarse".
"Habrá quien pueda considerar que con un escenario de estas características habríamos alcanzado ya la normalización política", ha señalado Arana, para indicar que "nada más lejos de la realidad" porque "quedarían pendientes aun la reconciliación y la resolución del conflicto político".
Para "avanzar en la reconciliación", ha subrayado Arana, "hay que articular una memoria que identifique, sin versiones subjetivas, las distintas vulneraciones de derechos humanos que se han producido en Euskadi durante décadas y a sus responsables". "Hay que abordar las consecuencias de la violencia, pero sin ánimo vindicativo", ha añadido, para considerar necesario construir "un relato compartido de lo ocurrido durante las décadas de violencia en Euskadi, una suma de relatos entre las diferentes sensibilidades de la ciudadanía vasca".
CRITERIOS ÉTICOS
Este relato compartido, ha explicado Arana, debería tener "unos firmes criterios éticos como primer paso para la convivencia", entre ellos que "ni una sola causa política puede situarse por encima de los principios básicos de la ética y respeto a los derechos humanos".
Asimismo, ha destacado que "la pluralidad y la diversidad deben ser entendidas como características positivas de cualquier sociedad y no como el impedimento para la consecución de ningún objetivo político".
También ha remarcado que el diálogo "debe ser entendido como la única herramienta válida para la resolución de cualquier tipo de conflictos".
Arana ha precisado que "nadie propone que quien en el pasado fueron víctimas y verdugos compartan ahora amistad, pero sí que, a partir de una misma base, seamos capaces de vivir en la misma comunidad".
Para ello, desde Ezker Anitza-IU proponen "impulsar una convivencia entre distintas identidades nacionales y una sociedad integradora y plural" y apuestan por "plantear un futuro abierto, basado en la libre decisión de la ciudadanía como valor fundamental".
"Ezker Anitza-IU apuesta por una convivencia positiva entre distintas identidades nacionales como elemento de futuro y como señal de identidad frente a visiones exclusivistas de uno u otro sentido, que se convierten de hecho en un elemento discriminatorio para sectores de la ciudadanía vasca", ha concluido.