El Colegio de Ópticos advierte de "trastornos" y "recuperación difícil" por usar gafas premontadas para la vista cansada

Actualizado: martes, 13 octubre 2009 16:08

Las ópticas gallegas consultaron a casi 60.000 pacientes derivados del Sergas desde 2008, lo que redujo un 18% las listas de espera

SANTIAGO DE COMPOSTELA, 13 Oct. (EUROPA PRESS) -

El presidente del Colegio de Ópticos, Enrique Valcárcel, advirtió hoy de "trastornos" como dolor de cabeza y mareos por el uso de gafas premontadas para solucionar problemas de vista cansada. "En caso de uso continuado, los daños en la visión tienen una recuperación muy difícil", aseveró.

En el Día Mundial de la Optometría, que se celebra los segundos martes de octubre --en Galicia, desde el año 2003--, Valcárcel explicó que en esta ocasión la efeméride se dedica a la presbicia o vista cansada, por lo que desde hoy y hasta el sábado más de 500 ópticas gallegas realizarán revisiones gratuitas.

Según explicó, tras la detección de este defecto visual es "muy importante" acudir a un óptico u optometrista, que es el profesional "autorizado" para medir la distancia entre pupilas, lo que regula el centro óptico del cristal y, por ende, la adecuación de las gafas al usuario.

"El problema de las gafas premontadas", indicó en rueda de prensa, es que "están estandarizadas y no miden la distancia interpupilar", lo que genera variaciones de "hasta 10 milímetros" con las dimensiones del paciente. Al no adecuarse a su vista, el usuario "rompe la binoculoridad" al eliminar, inconscientemente, el visionado de uno de los ojos.

En este extremo, Valcárcel indicó que se necesita un tiempo de "entre 15 y 20 minutos" para recuperar la visión por ambos ojos, lo que consideró "un riesgo" para ciudadanos cuya profesión requiera altas tasas de atención, como el conductor de un autobús escolar.

"GAFAS GALLETA"

Las gafas premontadas, que dispensan ciertas tiendas y también farmacias, son "gafas galleta", ironizó, al compararlas con las "ruedas galleta" --de repuesto--, que se usan "cuando pinchas, en trayectos cortos y a poca velocidad". "Para salir del apuro, no para resolver problemas visuales", matizó.

Así, hizo referencia a un estudio realizado por la Universidade de Santiago de Compostela (USC) con una muestra de 1.000 pacientes, que determinó que "sólo el 4 por ciento" de la población con presbicia es "candidato ideal" para el uso de este tipo de gafas.

Por su parte, el vicepresidente de la organización, Eduardo Eiroa, coincidió en alertar sobre el hecho de que la gafa premontada "no está adaptada para la persona que la va a usar", por lo que "no reúne sus características" y en lugar de un "instrumento óptico" constituye "un enemigo, un agente perjudicial".

En esta línea, apostó por el análisis de profesionales de la óptica tras su compra ya que, según incidió, en "el 99 por ciento" de los casos, la gafa premontada "no coincide con los centros pupilares" del individuo y genera "efectos prismático".

El Ministerio de Sanidad emitió una nota en junio pasado en la que apunta a que su venta "no debería ser libre" y recomienda la prescripción "previa" de un profesional, consejo al que se sumó el Colegio de Ópticos gallego.

BALANCE DEL CONVENIO

Por otra parte, su presidente también hizo balance del convenio firmado en 2008 con la Consellería de Sanidade, por el que médicos y ópticos gallegos desarrollaron el programa 'Ollo cos ollos'.

Así, destacó las casi 60.000 consultas que médicos de atención primaria y pediatras derivaron a las ópticas desde su inicio, lo que supuso una reducción de "entre el 18 y el 22 por ciento" de las listas de espera de distintas áreas del Servizo Galego de Saúde.

"Ha cambiado la mentalidad, sobre todo en el rural", resaltó Valcárcel, preguntado por la frecuencia con la que los gallegos acuden a los profesionales para revisar su vista. De esta forma, si antes contabilizaban "hasta dos años" para la inspección de un niño en un colegio, ahora cifran el tiempo "en una semana".

En su opinión, la iniciativa "está funcionando muy bien", y "sólo le falta por arrancar" a las zonas de Monforte (Lugo) y Vigo, ya que Ferrol y Lugo "tardaron" pero "ya están funcionado", subrayó. En la comarca lucense y en la ciudad olívica, el problema es que los médicos de atención "no tienen hojas ni direcciones" para realizar las derivaciones, señaló.

Para concluir, Valcárcel recalcó que Galicia fue, en términos porcentuales, la comunidad en la que "más personas" fueron revisadas con motivo de este convenio subscrito con la Xunta, lo que, a su juicio, demuestra que "era necesario" y "va en beneficio de la población gallega".