Los premiados con el Nadal 2006 opinan que el sistema educativo debe inculcar "el placer por la lectura" en los jóvenes

Actualizado: viernes, 17 febrero 2006 12:50

Eduardo Lago opina que en la narrativa española hay "buenos escritores" pero echa en falta a autores "que arriesguen"

SANTIAGO DE COMPOSTELA, 17 Feb. (EUROPA PRESS) -

Los escritores Eduardo Lago y Marta Sanz, premiados con los Nadal 2006, coinciden en que, ante los bajos índices de lectura que se registran en España, el sistema educativo debería inculcar "el placer por la lectura" en los más jóvenes y propiciar "que se acerquen" con cierta preparación a los textos literarios.

Ambos autores están de gira por España para presentar su novelas premiadas y que están editadas por Destino. Así, Eduardo Lago promocionó hoy en Santiago de Compostela su primera novela 'Llámame Brooklyn', que resultó ganadora del Premio Nadal de este año, mientras que Marta Sanz difundió su obra 'Susana y los viejos', finalista en este prestigioso galardón literario.

En declaraciones a Europa Press, Eduardo Lago, quien es crítico literario y profesor de Literatura en Nueva York, reflexionó sobre la "responsabilidad de los educadores" para posibilitar que los más jóvenes puedan formarse y descubrir el hábito por la lectura.

De su experiencia en Estados Unidos, reconoció que, a pesar de las carencias en sistema educativos no universitario, en este país "hay un hábito de lectura que empieza muy pronto" y reconoció la labor de los espacios infantiles que hay en la red de bibliotecas infantiles para proporcionar a los más jóvenes "una relación vital" con los libros.

ENSEÑAR A DIALOGAR CON LOS TEXTOS

Para España, reconoció que "no se trata de forzar", pero defendió "modelar a los más jóvenes" y posibilitar "que se acerquen" a los fenómenos literarios. "No es posible sumergirse en un texto literario sin estar preparado", advirtió en alusión a la función que debe cumplir el sistema educativo.

Por su parte, la también profesora de Literatura y escritora Marta Sanz aludió a la importancia de que en el ámbito educativo se propicie que los niños, desde muy pequeños, desarrollen destrezas de comprensión y el gusto por leer.

"Hay que ofrecerles información y enseñarles a dialogar con los textos y a plantear interrogantes", afirmó la autora, al tiempo que resaltó que los libros y la literatura deben ser "algo cotidiano" para los más jóvenes.

Señaló que en el sistema educativo en España se "da privilegio a la visión histórica de la literatura", pero defendió que, además, habría que fomentar "el placer por la lectura". "La literatura es parte de nuestra vida y somos lo que somos por lo que leemos", aseveró.

PANORAMA DE LA NARRATIVA ESPAÑOLA

Sobre la situación en la narrativa española actual, tanto Eduardo Lago como Marta Sanz coincidieron en que existen importantes nombres, que suelen ser los autores más conocidos y que más venden, pero echan en falta que editoriales y lectores apuesten más por las propuestas de nuevos autores.

Así, Eduardo Lago afirmó que en el panorama español hay "un poco de complacencia". Reconoció que en España hay "un puñado de escritores muy buenos", pero apuntó que tiene la impresión de que, debido a la propia dinámica editorial, los nuevos escritores tienen menos oportunidades y se nota cierta carencia de autores "que arriesguen".

Por su parte, Marta Sanz reconoció que tiene una visión "esperanzada" en relación con el panorama de la narrativa contemporánea en España, ya que entiende que hay "variedad de autores" para que los lectores elijan. No obstante, admitió que "hay cuatro grandes figuras que impiden ver la complejidad de propuestas en el mercado". De todas formas, aprovechó para "animar a los lectores a buscar las propuestas más arriesgados".

MEZCLA DE TRADICIONES LITERARIAS

Por otra parte, sobre su novela 'Llámame Brooklyn', Eduardo Lago indicó que la escribió sin afán comercial y que "sigue sorprendido" por haber logrado el Premio Nadal 2006. Calificó esta obra, con la que se estrena como escritor, como "insólita" por ser el resultado de 15 años de trabajo, donde los 10 primeros fueron "de gestación lenta" del texto a partir de su experiencia en Nueva York y los otros cinco de "ordenación y trabajo para crear una estructura muy ambiciosa".

El resultado es 'Llámame Brooklyn', donde se mezclan varios personajes e historias de amor, amistad y soledad. Según Eduardo Lago, en esta novela se nota las tradiciones literarias española y anglosajona, fruto de su experiencia de 20 años en Nueva York y de su trabajo como traductor de obras de autores norteamericanos e ingleses.

La narración parte del momento en que un periodista del New York Post recibe la noticia de que su amigo Gal Ackerman, veinticinco años mayor que él, ha muerto. Entonces el libro cuenta como el suceso obliga al protagonista a cumplir un pacto tácito: rescatar de entre los centenares de cuadernos abandonados por Ackerman en un motel de Brooklyn, una novela a medio terminar. El frustrado anhelo de su autor era llegar a una sola lectora, Nadia Orlov, de quien hace años nadie ha vuelto a saber nada.

TERROR REALISTA

Por su parte, la novela de Marta Sanz, titulada 'Susana y los viejos', recoge, según la propia autora, "el terror en elementos de la vida cotidiana" y en ella, "lo más complejo fue hablar de temas sórdidos y dramáticos con una voz narrativa que transmitiese al lector la alegría de vivir". Apuntó que trató de trazar personajes muy definidos e "intentar llegar a los rincones más oscuros de su psicología".

Así, la novela se conforma como una obra coral, que se vertebra entorno a tres generaciones de hombres y mujeres. Se trata de un obra que describe un "microcosmos familiar que muta, se radicaliza y puede llegar a quebrarse".

'Susana y los viejos' trata sobre amores y desamores, pasiones y odios que marcan un juego de espejos en el que la autora pone de manifiesto la frágil frontera de las convenciones y entra de lleno en las confrontaciones generacionales, sexuales y de clase. Así, según la editorial, esta obra es una reflexión sobre la cobardía y contra la idea de que el amor es blandenguería o renuncia.