PALMA DE MALLORCA 5 Ene. (EUROPA PRESS) -
La Cámara de Comercio de Mallorca, junto a las principales entidades empresariales y sociales de Baleares enviaron hoy una carta al ministro de Fomento, José Blanco, en la que le instan a que permita la cogestión aeroportuaria en Son Sant Joan, teniendo en cuenta que su volumen de tráfico supera los 20 millones de pasajeros al año, lo que le convierte en el tercer aeródromo español y en uno de los principales de la Unión Europea, a la altura del aeropuerto de Copenhague y cerca del de Milán Malpensa.
Estas organizaciones enviaron esta misiva ante la posibilidad de que Baleares quede excluida en la gestión aeroportuaria, anunciada por el Ejecutivo central y que persigue dotar a los aeródromos de capacidad autónoma de decisión estratégica, comercial y operativa.
Así, en la carta estas entidades empresariales y sociales remarcan que el elevado volumen de tráfico del Aeropuerto de Palma, unido a sus características de costes, "lo hacen uno de los aeródromos con mayor rentabilidad financiera de España" y, por tanto, consideran que Son Sant Joan se sitúa como un candidato "muy adecuado para la aplicación de la reforma del modelo de gestión, que persigue individualizarla en aquellos aeropuertos singulares".
Además, subrayan que esto se refuerza aún más "si se atiende a las características insulares del territorio de Palma, así como algunos de sus rasgos propios, como la elevada estacionalidad del tráfico y el tipo de aerolíneas con mayor oferta de vuelos en el aeropuerto". De este modo, estiman que "pocos aeropuertos españoles reúnen más condiciones adecuadas para la individualización del tráfico que el de Son Sant Joan".
En este sentido, la Cámara de Comercio y el resto de entidades sostienen en la citada carta que habida cuenta de la procedencia de aplicar a Palma el modelo de gestión individual, albergan el convencimiento de que el Ministerio de Fomento va a ser "sensible" a la voluntad expresada en reiteradas ocasiones por parte de las administraciones territoriales de Baleares, así como por los organismos de interés público, de "participar de forma efectiva en las decisiones estratégicas que atañen al desarrollo de la actividad aeroportuaria".
"Todo ello, desde la convicción de que este tipo de reforma será muy positivo tanto para los aeropuertos de Baleares, como para el conjunto del sistema aeroportuario español", sostienen, al tiempo que recuerdan que el proceso de reforma del modelo de gestión de los aeropuertos españoles, que está tomando forma definitiva bajo la dirección del Ministerio de Fomento ha abierto en Baleares y, singularmente, en Mallorca "importantes expectativas de cara a la mejora de la gestión de los aeropuertos locales".
LAS EXPERIENCIAS DE CANADÁ Y AUSTRALIA
Además, apuntan que en las dos últimas décadas se ha producido una tendencia generalizada a la individualización de la gestión de los aeropuertos, "como indican las experiencias de reforma realizadas desde la década de los 90 en Canadá, Australia y en diversos países de Europa".
En esta línea, destacan que el cambio a la gestión individual en países que tenían modelos similares al que aún pervive en España ha conseguido dotar de "mayor flexibilidad" a la gestión aeroportuaria, mientras que también "ha facilitado a los aeropuertos aprovechar mejor sus oportunidades, permitiéndoles competir por atraer rutas y aerolíneas con aquellos aeródromos que tienen características similares".
Por otro lado, añaden que las innovaciones en el sector del transporte aéreo y en los modelos de negocio de las compañías aéreas en los últimos años han acentuado la "necesidad de establecer unas relaciones de cooperación ágiles y flexibles entre gestor aeroportuario y aerolíneas y que adquieren características diferentes en cada uno de los aeropuertos, según cuál sea la característica de los mismos y las del tráfico del territorio al que sirven".
Por esta razón, aseveran que la integración de los intereses territoriales en los organismos responsables de la toma de decisiones para cada aeropuerto puede contribuir al "empeño en modernizar su gestión, y hacerla más eficiente y flexible, tal como lo indican con claridad las experiencias de Alemania o Francia en las que cada nivel territorial de la administración, así como otros organismos de interés público, desempeñan funciones que ayudan a que los aeropuertos hagan la mejor aportación posible a los intereses y necesidades de los territorios a los que sirven".