BEIJING, 3 Ago. (de la corresponsal de EUROPA PRESS, Débora Altit) -
Alrededor de 200 tibetanos han sido detenidos en la provincia china de Sichuan, durante la celebración de un festival anual, después de que los participantes comenzaran a manifestarse de forma espontánea a favor del regreso del Dalai Lama, su líder espiritual.
Según han informado la organización International Campaign for Tibet y Radio Free Asia, los hechos ocurrieron cuando uno de los asistentes se subió a un estrado, cogió un micrófono y empezó a preguntar a la multitud si querían la vuelta del Dalai Lama, exiliado desde 1959, a lo que los presentes respondieron coreando al unísono "sí".
De acuerdo con RFA unos 200 fueron llevados "bajo custodia" tras la protesta, aunque no ofreció detalles sobre si habían sido liberados.
El estrado había sido colocado por las autoridades chinas para conmemorar el 80 aniversario de sus fuerzas armadas, el Ejército Popular de Liberación. Sin embargo la población de la zona es de etnia tibetana, ya que lo se conoce como el Gran Tíbet, el territorio perteneciente históricamente a esta nación, supera considerablemente las fronteras de lo que hoy es la región autónoma de Tíbet.
International Campaign for Tibet señala que un manifestante llamado Runggye Adak, defendió también la libertad religiosa del pueblo de Lithang y pidió a los habitantes locales que dejaran a un lado los enfrentamientos fratricidas por las tierras o el agua (precisamente el mes pasado, en una trifulca en otra localidad tibetana de Sichuan, fallecieron ocho personas y 44 resultaron heridas mientras discutían por la propiedad de un terreno).
El espontáneo orador, sobre cuya suerte no se ha informado, también tuvo palabras para pedir la liberación de un lama local, Tenzin Deleg Rinpoche, así como del joven de 18 años Gendun Choekyi Nyima, escogido por el Dalai Lama en 1995 como la reencarnación del Panchen Lama, la segunda figura más importante en la jerarquía religiosa tibetana, y que permanece en paradero desconocido, detenido por las autoridades chinas, desde entonces.
La prensa china, como suele ser habitual, no ha informado sobre el suceso. Sin embargo la agencia oficial Xinhua señala hoy que, a partir del próximo 1 de septiembre todos los religiosos que han llegado al estado de perfección espiritual, los llamados 'budas vivientes', deberán contar con el visto bueno de Beijing para ser considerados como tales.
Xinhua afirma que Tíbet se convirtió en una administración bajo el poder chino durante la dinastía Yuan, en el siglo XIII, y que ya entonces hay pruebas de este procedimiento de ratificación estatal porque Kublai Khan le concedió el título de 'buda viviente' a un religioso de la época.
