MADRID, 4 Dic. (EUROPA PRESS) -
El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) entregó en noviembre alimentos para 542.000 personas en Siria, el número de beneficiarios más alto hasta el momento. La Institución también cruzó las líneas del frente para proporcionar agua potable y asistencia sanitaria a los civiles que necesitaban ayuda. Además, mantuvo el diálogo con las diversas partes en torno a cuestiones humanitarias urgentes, incluso durante la visita a Damasco que realizó el presidente del CICR, Peter Maurer.
Durante esa visita, que se extendió del 12 al 14 de noviembre, Maurer abordó las prioridades humanitarias, incluida la cuestión del acceso en el terreno, ante funcionarios sirios clave, dirigentes de la Media Luna Roja Árabe Siria y otros interlocutores. El presidente se reunió también con familias desplazadas a raíz de las hostilidades y visitó los sitios de las actividades que llevan adelante conjuntamente el CICR y la Media Luna Roja Árabe Siria en Barzé, en el norte de Damasco, tanto en las zonas controladas por el Gobierno como en las controladas por la oposición.
"Ninguna región ni comunidad de Siria ha quedado a resguardo de las hostilidades", dijo Maurer en Barzé. "Están en marcha numerosas iniciativas para lograr la reconciliación. Sin embargo, las necesidades aumentan rápidamente, por lo que es imperioso obtener acceso a más personas en todo el país", añadió.
En Damasco, Maurer volvió a recordar a todas las partes la obligación que tienen en virtud del Derecho Humanitario de proteger y preservar a los civiles en todo momento, así como de facilitar la prestación de ayuda humanitaria, incluida la atención médica, en forma segura, neutral, imparcial e independiente, a todas las personas afectadas directamente por las hostilidades.
En Barzé, un almacén de la Media Luna Roja Árabe Siria que se extiende a ambos lados de la línea del frente en los barrios de Esh Al Warwar y Al Balad fue renovado recientemente por el CICR para mantener una reserva de alimentos y otros socorros esenciales. El refugio de Saadallaj Wannous, instalado para alojar a personas desplazadas, ahora acoge a civiles obligados a huir de sus hogares en Ghuta oriental. A su vez, el CICR está renovando y equipando la clínica Al Marabani para que pronto pueda atender unos 400 pacientes por día. Si bien la clínica está ubicada en una zona de Barzé controlada por la oposición, el personal médico atenderá a todos los heridos y enfermos, independientemente de su origen o filiación política.
Ingenieros del CICR y voluntarios de la Media Luna Roja Árabe Siria entregaron el 25 de noviembre insumos para potabilizar el agua en las zonas de Al Rastan y Talbisé controladas por la oposición en Homs, lo que permitió al municipio mantener el suministro de agua potable para más de 70.000 personas. En otra operación realizada a través de las líneas del frente el 1 de noviembre en el barrio de Al Waer, controlado por la oposición, también en Homs, personal de salud del CICR y de la Media Luna Roja Árabe Siria entregaron insumos para diálisis renal suficientes para más de 700 pacientes.
En cuanto a los recursos financieros, es en Siria donde el CICR despliega su actividad de mayor magnitud; el presupuesto anual supera los 139 millones de francos suizos (más de 115 millones de euros). Más de 285 colaboradores del CICR asentados en las oficinas de Damasco, Alepo y Tartús trabajan en estrecha colaboración con la Media Luna Roja Árabe Siria en todo el país. El CICR también ayuda a los sirios que han tenido que huir a Jordania, Líbano e Irak a raíz de la violencia.
