Crónica Irán.- AI denuncia 177 ejecuciones en 2006 en Irán y alerta del peligro de muerte de otras 31 personas

Actualizado: jueves, 1 marzo 2007 18:54

La ONG denuncia que la lapidación es la "forma más extrema de pena cruel, inhumana o degradante" como método de ejecución

MADRID, 1 Mar. (EUROPA PRESS) -

Amnistía Internacional (AI) denunció hoy la ejecución de 177 personas en 2006 en Irán, varias de ellas lapidadas y al menos cuatro de ellas menores, al tiempo que advirtió de que otras seis mujeres, un hombre y al menos 24 menores más están en el corredor de la muerte, por lo que hace un llamamiento para impedir sus ejecuciones mediante la recogida de firmas en el portal www.actuaconamnistia.org, en una nueva campaña de concienciación contra las ejecuciones.

AI denuncia que entre las ejecuciones consumadas por la República Islámica de Irán fueron condenados a la pena de muerte al menos cuatro menores de edad de un total de 177 ejecuciones registradas en 2006, a las que hay que añadir otras 19 practicadas sólo en enero de 2007, aunque no obstante la organización no gubernamental con sede en Nueva York advierte de que la "cifra real podría ser muy superior".

Por ello, AI pide que la sociedad civil se sume a la campaña contra las ejecuciones firmando en la página Web www.actuaconamnistia.org con el objetivo, dice AI, de "pedir que se conmute la pena a todas las personas que actualmente están en peligro de ejecución en Irán" y en un intento de apoyar "a defensores y defensoras, periodistas y profesionales del derecho iraníes, que hacen campaña en Irán para que las cosas cambien".

La organización pro Derechos Humanos denuncia a partir de informes que en 2006 "Irán reanudó las ejecuciones por lapidación", después de que se hubiera mantenido la moratoria contra estas ejecuciones desde 2002 hasta 2006.

AI recuerda que el "Código Penal iraní" estipula que la condena por "adulterio" impuesta es "la ejecución por lapidación", siendo la legislación iraní "muy específica", denuncia AI, "con respecto al modo de llevar a cabo la ejecución y al tipo de piedras que deben utilizarse".

Mientras que la lapidación de hombres contempla, según el artículo 102, que éstos sean "enterrados hasta la cintura" y, por el contrario, "las mujeres hasta el pecho", el artículo 104 estipula que para penas por adulterio deben utilizarse piedras "no tan grandes como para matar a la persona de uno o dos golpes ni tan pequeñas como para no poder considerarlas piedras".

En un comunicado emitido hoy, AI recuerda que "se opone a la pena de muerte en todos los casos por considerarla la forma más extrema de pena cruel, inhumana o degradante y una violación del derecho a la vida", y en este sentido, sostiene que "la ejecución por lapidación agrava la brutalidad de la pena de muerte y es un método concebido específicamente para aumentar el sufrimiento de la víctima", una práctica ejecutoria todavía muy extendida en Irán y que podría ser aplicada finalmente, entre otros, al iraní Abdollah F.

"La muerte por lapidación viola los artículos 6 (derecho a la vida) y 7 (prohibición de la tortura y los tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes) del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos", denuncia la organización no gubernamental.

En cuanto a la ejecución de menores, la organización subraya que "resulta absolutamente inaceptable", por estar, dice, "prohibida en el derecho internacional". Asimismo, recuerda que "prácticamente todos los países del mundo han renunciado firme y claramente" a ejecutar a menores de edad.

Irán, como Estado signatario del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y de la Convención sobre los Derechos del Niño, "tiene la obligación internacional y el compromiso de no ejecutar a personas por delitos cometidos cuando eran menores de 18 años", recuerda AI, quien no obstante documentó en Irán "21 ejecuciones de personas que entraban en esa categoría desde 1990".

En la actualidad, hay al menos seis mujeres y un hombre "en peligro", incide AI, ya que "corren el riesgo de morir lapidados en Irán", y algunos de ellos "de forma inminente", denuncia la ONG. Además, denuncia que "al menos otras 24 personas condenadas a muerte en Irán por delitos cometidos cuando eran menores continúan en espera de ejecución".

LAS VÍCTIMAS

Una de las víctimas, de nombre Khayrieh, "sufría violencia a manos de su esposo", sostiene AI a partir de informes, y "fue condenada a morir lapidada por adulterio". Khayrieh asegura estar "lista para ir a la horca, pero no deben lapidarme". "Podrían estrangularte y morirías, pero es muy difícil soportar que te arrojen piedras a la cabeza", relata.

Mientras, otra de las víctimas en el corredor de la muerte, Kobra sostiene que "fue obligada a ejercer la prostitución por su esposo", según ella "heroinómano" y "que la trataba con violencia". Explica Kobra que "tras recibir una brutal paliza", contó a uno de sus clientes que "quería matarlo". Tras asesinar a su marido, el cliente que también fue acusado de asesinato, fue condenado a muerte, aunque no obstante, señala AI, "ha sido indultado por la familia de la víctima, a la que pagó una indemnización o diyeh (dinero de sangre)".

La condena a muerte de Irán fue confirmada por el Tribunal Supremo iraní en abril de 2006, a pesar de haberse retractado de su confesión, habiendo admitido durante el interrogatorio policial --en relación a un presunto homicidio-- "haber cometido adulterio con el hijo de los vecinos", confesión de la que posteriormente se retractó.

Soghra, condenada a lapidación por adulterio y a 15 años de prisión por complicidad en el asesinato de su esposo, Abdollah, deberá cumplir primero la pena de cárcel, explica AI, y posteriormente según dicta su sentencia será lapidada y, al no conocerse fechas, su ejecución, asegura AI, "podría ocurrir en cualquier momento".

Por su parte, Fatemeh fue condenada a muerte por lapidación "por mantener una relación ilícita con un hombre", aunque su caso está siendo estudiado por el Tribunal Supremo que deberá eximirla de los cargos o ratificar la condena a muerte. La que sí fue suspendida fue la ejecución de Ashraf Kolhari, a punto de llevarse a cabo en el verano de 2006.

Mientras, entre los menores que "pueden ser ejecutados", explica AI, se encuentra Nemat, cuya ejecución podría darse "en cualquier momento". Nemat confesó ser autor material de un crimen que le imputaban "sólo tras un largo interrogatorio", aunque Amnistía Internacional pone en duda "si contó con la debida asistencia letrada", así como "lo que significa un largo interrogatorio". En el caso de Nemat, AI ha recogido desde mayo "más de 240.000 firmas" para impedir su ejecución aunque el menor "sigue en peligro".

No obstante, mantiene la esperanza de poder paralizar las ejecuciones tras el caso de dos de las mujeres que han "estado trabajando junto a organizaciones y activistas dentro de Irán contra la lapidación", y que "han podido salvarse de esta terrible condena".

Una de ellas, Parisa fue condenada primero a lapidación por ejercer la prostitución, obligada por su esposo, alegó, y quedó en libertad el 5 de diciembre, después de haber recibido 99 azotes, al serle conmutada la pena por el Tribunal Supremo encargado de revisar su caso, mientras que Shamameh Ghorbani, también condenada a muerte, vio anulada su condena por el Tribunal Supremo en noviembre de 2006.