Actualizado: jueves, 29 octubre 2015 17:43

BANGUI, 29 Oct. (Reuters/EP) -

Cuatro personas han muerto a manos de una multitud este jueves en Bangui, elevando a 11 el total de muertos esta semana. La escalada de violencia religiosa podría amenazar la celebración de las elecciones convocadas para final de año en República Centroafricana.

Los disturbios se han producido con motivo de una manifestación contra la violencia, en la que cientos de personas han bloqueado una calle principal de la ciudad. Los testigos han señalado que tres musulmanes han sido atacados en un distrito cristiano tras abandonar el único enclave musulmán de la capital (PK5), huyendo de posibles represalias.

Dos de ellos han fallecido inmediatamente y sus cuerpos han quedado reducidos a pequeñas piezas, según fuentes presenciales. Un tercer hombre ha escapado, pero después ha sido lapidado hasta la muerte y sus restos han sido abandonados en una iglesia, han aclarado. "Estoy en 'shock' por lo que he visto", ha confesado una mujer del sexto distrito, que ha preferido mantenerse en el anonimato. "Hasta los niños estaban lanzando piedras al difunto que gimió y suplicó piedad hasta morir", ha añadido.

Además, en un acto de aparente venganza, un cristiano ha sido asesinado poco después de dichos incidentes tras entrar en el PK5, de acuerdo con las informaciones proporcionadas por familiares y ciudadanos en el depósito de cadáveres.

En total, son once las personas que han muerto esta semana como resultado de la inestabilidad política, incluidos tres negociadores veteranos del grupo insurgente musulmán Seleka que visitaban la capital para poner fin a un conflicto que se prolonga ya más de dos años.

PELIGRO ELECTORAL

La escalada de violencia amenaza la cita electoral del 13 de diciembre --que ha sufrido varios retrasos--, mientras la antigua potencia colonial francesa y otros países occidentales presionan a las autoridades para poner fin al periodo de transición.

Seleka tomó el poder por la fuerza en 2013, en un país de mayoría cristiana, lo que instigó las represiones violentas de milicias de esta confesión, los anti-balaka. Desde entonces, musulmanes y cristianos viven segregados. Decenas de miles de musulmanes han huido al norte, creando una frontera física.

A pesar de la presencia de miles de 'cascos de azules' de la MINUSCA, la violencia se ha vuelto a extender en Bangui en las últimas semanas, especialmente tras la muerte de un hombre musulmán. En total han fallecido más de 80 personas.

Esta semana, el portavoz de la ONU Stephane Dujarric informó de que cinco miembros de la MINUSCA habían sido atacados en sus casas, dejando un herido. "Llamamos a la templaza para asegurarnos de que los desafortunados eventos que se han producido no conduzcan a un drama mayor", señaló, por su parte, el representante especial en funciones para República Centroafricana, Parfait Onanga Anyanga.

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