AMSTERDAM, 2 Jul. (Reuters/EP) -
La Policía holandesa ha realizado disparos de advertencia y ha empleado cañones de agua en sus esfuerzos para controlar a cientos de manifestantes durante la tercera noche sucesiva de protestas en La Haya desencadenadas por la muerte de un hombre caribeño bajo custodia policial. Además, se ha detenido a 34 personas.
La muerte aparentemente por asfixia el domingo de Mitch Henriquez, de 42 años, de la isla caribeña holandesa de Aruba, ha sido equiparada a los incidentes en Estados Unidos que han desencadenado protestas por el uso excesivo de la fuerza por parte de la Policía.
Durante la noche del jueves han estallado nuevamente disturbios y agentes a caballo han cargado contra manifestantes que habían prendido fuego, lanzado botellas y piedras y roto escaparates, según un comunicado de la Policía.
En un momento dado, la Policía ha realizado disparos de advertencia para frenar a una turba de jóvenes que les habían arrinconado, antes de que llegaran agentes antidisturbios en jeeps, permitiendo a sus colegas a pie huir.
Los primeros datos de la autopsia indican que Henriquez murió por asfixia tras ser agarrado por el cuello y acorralado por cinco agentes de raza blanca. Su muerte, según el documento, fue provocada casi con toda seguridad por el trato de los policías.
Henriquez, que tiene tres hijos y estaba visitando Países Bajos, fue detenido durante un concierto el sábado por presuntamente gritar que tenía un arma, y falleció en el hospital el domingo. El hombre no tenía ningún arma, según los investigadores.
La Policía había señalado inicialmente que Henriquez había comenzado a sentirse mal cuando era trasladado a prisión, pero el lunes apareció un vídeo amateur en el que se le veía siendo llevado en un furgón, aparentemente ya inconsciente, tras el duro arresto. Los cinco agentes implicados en el arresto han sido suspendidos a la espera del resultado de la investigación.