Soldados de Sudán del Sur durante el aniversario del SPLA
STRINGER/REUTERS
Actualizado: sábado, 4 noviembre 2017 15:31

NAIROBI, 4 Nov. (Reuters/EP) -

Efectivos de las fuerzas de seguridad de Sudán del Sur mantienen cercada la residencia del exjefe del Estado Mayor del Ejército, Paul Malong, antiguo aliado del presidente Salva Kiir. Kiir teme que Malong --actualmente en arresto domiciliario-- pueda escapar de la capital, Yuba, para lanzar una rebelión.

La esposa de Malong ha explicado este sábado que en la noche del viernes se presentaron en su casa unos individuos con "órdenes específicas" de Kiir. "Tenían órdenes del presidente y le dijeron al general Malong que ha recibido orden de desarmar a sus guardaespaldas", ha explicado la mujer, que ha destacado que además trataron de llevarse el teléfono móvil de Malong y le dijeron que sus familiares ya no podrían visitarle.

"El Gobierno cree que el general Malong va a llevar al país de nuevo a la guerra. La tensión es muy alta (...). No sabemos si volverán para detenerle por la fuerza si es necesario", ha indicado la esposa del exmilitar.

Medios sursudaneses han indicado que uno de los comandantes militares afines a Malong ha desertado con la intención de iniciar una rebelión a pesar de que el propio Malong lideró la ofensiva de Kiir contra los rebeldes afines al exvicepresidente Riek Machar.

Malong está en arresto domiciliario desde el pasado mes de mayo tras su destitución, consecuencia de una ola de dimisiones de mandos generales que denunciaban abusos y sesgo étnico dentro de las Fuerzas Armadas. En un primer momento Malong abandonó Yuba en un convoy con destino a su región natal, Aweil, por lo que se temía una rebelión inminente, aunque finalmente regresó a la capital.

El secretario de prensa de Kiir, Ateny Wek Ateny, no ha querido comentar estas informaciones que son "una cuestión puramente interna del Ejército", ha señalado.

Sudán del Sur se sumió en una guerra civil en 2013, cuando Kiir destituyó a Riek Machar, actual líder rebelde que en aquel momento ejercía de vicepresidente en el marco de un gobierno de consenso.

Naciones Unidas ha alertado en varias ocasiones de la posibilidad de un genocidio en el país, debido al cariz étnico que parece estar tomando el conflicto.

A principios de septiembre, el jefe de la Misión de Naciones Unidas en Sudán del Sur (UNMISS), David Shearer, cifró en cerca de cuatro millones --un tercio de la población-- el número de personas desplazadas en el país a causa del conflicto.

En su informe, recalcó que, hasta mediados de 2017, 1,9 millones de personas se han visto desplazadas internamente y otros dos millones han huido a países vecinos. Además, 7,6 millones de personas necesitan además ayuda urgente.

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